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Gato montés

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Gato montés: Tu nueva mascota

El Gato Montés es sin duda un animal excepcional que vale la pena conocer y apreciar por sus inmensas virtudes, es un felino que puede ganarse el respeto de todos solo con su presencia, es intimidante pero interesante y merece la pena dedicarse a estudiarlo.

El lugar exacto de su origen es incierto, sólo se tiene la convicción de que es una raza muy antigua que se ha venido derivando en subespecies las que se han repartido por gran parte del mundo, especialmente en el continente Europeo y Asiático, pero aún no se tiene la certeza de cómo ha llegado a distribuirse con tal amplitud.

Lo grave del caso es que esta raza fue muy maltratada por los humanos en alguna época de la historia en la que los gatos en general eran cruelmente asesinados principalmente por poseer habilidades poco comprendidas, lo que provocó un descenso en su población, quedando relegados a las zonas boscosas de Europa, entre las que denota España, África o China.

Hoy en día es una especie protegida pero que aún no ha salido del peligro de extinción, su venta y distribución está prohibida en la gran mayoría de los países especialmente porque ha atraído la atención de cazadores que lo matan hasta para comérselo o que han tenido que ser asesinados para proteger los criaderos de gallinas puesto que tienden a tomarlas como presas.

No es un gato doméstico y no es muy prudente tratar de tenerlo en cautiverio especialmente cuando ya es adulto o ha tenido una formación en su hábitat natural, pues desarrolla conductas y habilidades poco compatibles con los humanos y puede convertirse en un elemento peligroso o perturbador.

En su estado natural es un felino muy inteligente, su estilo de vida es solitario y vive de la caza de las presas que le provoquen, aunque le agrada ingerir conejos o roedores es muy capaz de incluir en su menú patos y hasta venados, matándolos de forma astuta y esperando pacientemente para poder capturarlos.

A pesar de la poca interacción que ha permitido que tengan los humanos con él en su medio ambiente se ha podido ver que prefieren las zonas boscosas o lugares con matorrales, son excelentes trepadores y tratan de guarecerse en cavidades o huecos, los troncos caídos o espacios rocosos son ideales para esconderse o descansar.

Por su parte son animales que duermen muy poco, pueden llegar a estar despiertos hasta casi veintidós horas si están al acecho de alguna presa, además de que son hiperactivos y muy sensibles.

Son territoriales, prefieren marcar su terreno a través de arañazos a los troncos o esparciendo su orine, pues no les agrada compartir con otros gatos de su raza ni tampoco convive con ellos, sólo se ve que se unen en dos momentos al año y es cuando sienten la necesidad de reproducción.

Otro aspecto muy interesante sobre este gatito es que es un super amante del agua, son buenos nadadores e incluso pueden cazar sobre ella alcanzando la vida de varios patos, y es que al Gato Montés le encanta comer, lo haría a toda hora si fuera posible.

Estando en cautiverio es una representación un poco diferente, aunque no pierde del todo sus habilidades innatas, pero las desarrolla en menor grado.

En primer lugar, vale la pena aclarar que el gato montes que usted decida adoptar debe ser un cachorro y preferiblemente ubicar la manera de encontrarlo proveniente de padres domesticados, evitando que haya desarrollado alguna preferencia por sus costumbres naturales.

Sin embargo, se ha visto que estos mininos cambian su atención y su fiereza a un amor incondicional hacia sus padres adoptivos y en menor grado al resto de su familia humana adoptiva, demostrando que incluso desean verlos a cada momento confirmando que los tienen cerca.

Pero, no son unas mascotas fáciles de llevar en el hogar ya que por una parte son muy hiperactivos, no descansan, no lo necesitan y no les gusta, requieren mantenerse entretenidos con juegos o actividades que desgasten sus sobradas energías, lo que parece no disminuir con el paso del tiempo, llegando a ser ancianos con comportamiento de cachorros.

Otro aspecto que requeriría de cierta atención es su voraz apetito, generado sin duda por su incesante movimiento que hace que su metabolismo sea muy rápido, por lo que se debe estar en continua asesoría para no sobrealimentarlo ni para desnutrirlo.

En cuanto a los requerimientos de manutención, en realidad son muy pocos, afortunadamente este gatito solo necesita de sus vacunas tradicionales, y los cuidados mínimos como un cepillado semanal y un baño mensual, además del tratamiento apropiado para su dentadura.

Esencialmente ello se debe a que son gatos fuertes, su pelaje es denso y poderoso, y su salud es casi inquebrantable, no sufren de enfermedades hereditarias y pueden vivir más de catorce años hasta por su propia cuenta.

Historia y Origen

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El origen y la fecha exacta en la que se pudo originar el nacimiento de este felino es incierta, incluso hasta el momento no ha habido manera de corroborar cómo se formó ni tampoco como se derivó en tantas subespecies distribuyéndose a lo largo del mundo.

Se cree que tal como sucedió con otros tipos de animales, los ancestros o las bases de las que proviene el Gato Montés pudieron extenderse por el mundo en las embarcaciones de las primeras civilizaciones de conquistadores, que en sus travesías llevaban a muchos de sus animales con diversos propósitos, aunque hay otros historiadores que descartan esta teoría por la naturaleza salvaje del minino del que se piensa que nunca tuvo ese tipo de contacto con los humanos.

Lo que sí es casi un hecho comprobado es que puede ser uno de los ancestros que formaron a los gatos domésticos, confirmándose principalmente por el inmenso parecido que guardan entre sí y por la cantidad de años de existencia que tiene esta raza, siendo avalada por los estudios de muchos investigadores.

No es hasta la época de los egipcios donde se vienen a encontrar en sus escrituras y jeroglíficos los dibujos donde se indica que empiezan a ser parte importante de la historia y a ser valorados como seres importantes, puesto que los gatos en general eran considerados como criaturas místicas que bendecían a las familias que los poseían como mascotas.

Sin embargo, el Gato Montés como tal no aparece reflejado en tales lecturas, pudiendo confundirse con cualquier otro lince o felino pequeño, pero que evidentemente no se debió haber mezclado a modo de mascota sino más bien como elemento de caza.

Pero tal importancia cambió varias veces a lo largo de los años, en realidad, es un hecho ampliamente reconocido el hecho de que muchas razas de gatos fueron quemadas vivas y perseguidas durante gran parte del siglo ante pasado especialmente en ciudades o condados europeos, siendo víctimas de las hogueras que se caracterizaron.

Esto fue ocasionado principalmente porque proliferaron una serie de ideas y prejuicios en la civilización sobre casi todo lo que no comprendían y las habilidades que poseen los gatos era incomprensible y hasta atemorizante.

La idea de saber que estos animales podían ver en la oscuridad, que sus ojos brillaran de la manera en que lo hacen, que sean tan ágiles, que puedan dar saltos tan altos, que sean inteligentes y reservados no lo entendieron en parte por los pocos estudios que había para la época y lo asociaron a presencias malignas, por lo que decidieron quemarlos o matarlos como fuera, logrando disminuir considerablemente su presencia en las zonas más pobladas.

Cuando pasa toda esta etapa y dejan de ser tan perseguidos tampoco se hizo nada para protegerlos por lo que la raza se vio seriamente amenazada ubicándose ahora exclusivamente en los bosques haciendo alarde de sus múltiples habilidades para sobrevivir por su propia cuenta.

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A partir del 2007 se pudieron realizar algunos estudios en su ADN que determinó la existencia de cinco subespecies asociadas a la raza, disminuyendo la cantidad que se creía anteriormente, quedando catalogados de la siguiente manera:

-El Gato Montés Europeo: Lleva por nombre científico el de “Felis silvestris silvestris”, se ubica en la zona de Europa y en la Península de Anatolia.

-El Gato Montés Africano: cuyo nombre científico es el de “Felis silvestris lybica” ubicado al Norte de África y en Asia occidental.

-El de África Subsahariana, denominado también como “Felis silvestris cafra”.

-El Gato Salvaje Asiático: que fue bautizado como el “Felis silvestris ornata”, se encuentra en el Asia Central, al norte de Pakistán y al noroeste de India.

-El Gato Salvaje Chino; que se encuentra al norte de China y fue denominado como “Felis Silvestris bieti”

De hecho, se sabe que la derivación al gato doméstico se hizo a partir del gato salvaje africano o “feliz silvestris lybica” puesto que era menos agresivo o menos tímido que las otras subespecies y se acerca con mayor comodidad a los humanos, permitiendo su domesticación.

Independientemente de la zona geográfica en la que habitan estos gatos demuestran una preferencia por las zonas boscosas, sin importar el clima pues se adaptan fácilmente a cualquier cambio en el ambiente, pero se denota su afición a los matorrales, zonas forestales o rocosas, incluso a muchos les encantan los lugares donde haya lagos o ríos para poder nadar.

A pesar de que hace pocos años fue catalogado como especie protegida en el convenio CITES se ha evidenciado un fuerte descenso en la cantidad de los gatitos de esta raza lo que ha hecho que ya no se vea con tanta frecuencia y que su comercialización se encuentre prohibida pues está en la lista roja de animales con posibilidades de extinción.

Además, la rareza en su especie ha cautivado la atención de muchos cazadores que han decido capturarlo e incluso matarlo para comérselo, poniéndolo aún más en peligro.

Características de la raza

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El Gato Montés tiene un increíble parecido con el gato doméstico que estamos acostumbrados a ver sólo que son un poco más robustos lo que hace que también se parezcan bastante al lince Ibérico, pero en general son felinos muy armoniosos, con unas habilidades físicas extraordinarias que hacen que quieran ser solicitados por muchos amantes de estas criaturas.

Uno de los rasgos que caracteriza al Gato Montés es que son de los mayores exponentes entre los felinos del dimorfismo sexual, puesto que se marca una amplia diferencia entre los ejemplares machos y hembras especialmente en lo que a su estatura se refiere.

Por ello se puede perfectamente distinguir que las hembras son mucho más pequeñas y menos corpulentas, aunque igualmente entra en la categoría de gatitos de tamaño mediano.

Los más grandes pueden medir hasta 90cm de largo y 38 cm de altura hasta la cruz, siendo el estándar entre los 70 a 80cm de largo y 25 cm de alto.

Este aspecto va estrechamente ligado a su estatura, al lugar donde viven y a la manera como ha crecido si bien es un felino de cualidades salvajes o si ha sido domesticado y bien cuidado, pero generalmente pueden pesar de 4 kilos a 6 kilos las hembras y hasta los 10 kilos los machos.

Es importante aclarar que este felino es amante de la comida, como de todo y a toda hora, manteniendo siempre un voraz apetito por lo que si está en cautiverio debe llevarse con mucho cuidado su régimen nutricional para evitar que sufra de obesidad.

A diferencia de lo fuerte que pueden verse sus facciones, la nariz del Gato Montés es en realidad muy pequeña, sus ventanas son poco visibles y tiene forma de triángulo invertido, pero con las puntas recortadas, generalmente es de un tono rosa fuerte con una delineación en un tono muy oscuro, es dividida en la parte inferior por un pequeño surco que sube casi hasta la mitad.

Estos gatitos tienen sus ojos medianamente grandes, poseen figura ovalada con la parte de abajo bastante redondeada y se ubican de forma oblicua en el rostro, la mayoría los tienen delineados y sus cejas marcan un leve peso sobre ellos extendiéndose con una línea dibujada en su manto hacia las sienes, que hace que su mirada se vea más profunda.

Son de color ámbar verdoso muy claros y la pupila tiene forma vertical, además pueden ver muy bien en la oscuridad lo que hace que sean animales con tendencia a moverse en la noche.

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En comparación con las proporciones de su rostro, las orejas del Gato Montés son relativamente pequeñas, tienen forma triangular, pero con la punta superior redondeada y una ligera desviación de la piel en la base hacia el lado externo, la parte frontal muestra la cara interna, muy cubierta de pelo blanco de mediana longitud lo que protege al pabellón, y la cara externa posee un pelo muy cortito con la misma tonalidad del manto, son suaves y flexibles.

Uno de los aspectos que puede denotar con mayor facilidad el estado de salud del Gato Montés es la manera como se observa su pelaje, puesto que las características de esta raza lo ubican entre los que tienen el manto bastante denso, con el pelo grueso, corto y brillante, de no ser así deberían estudiarse las condiciones donde se desenvuelve pues puede estar siendo afectado tanto por las inclemencias del clima como por una deficiencia nutricional.

Los gatos de esta raza no muestran una variedad significativa en sus colores por lo que es fácil distinguirlos en este aspecto, generalmente poseen una base en tonos grises o pardos, los que se combinan con un tono gris muy oscuro que se presenta en forma de manchas tal como las desarrollan los tigres (atigrados) o estas mismas manchas se distribuyen en todo el manto en forma de motas.

Algunos pocos pueden incluir zonas con la base en color blanco especialmente en el abdomen o en la parte interna de la cola.

A diferencia de la mayoría de los gatitos los ejemplares de esta raza poseen la cola alargada, gruesa y con la punta evidentemente redondeada, usualmente la mueven para demostrar su estado de ánimo, la llevan casi siempre elevada pero nunca sobre el dorso y se colorea de la misma forma que el manto, los atigrados de base gris llevan la punta en color negro.

Movimiento

El Gato Montés es muy hábil y muy rápido, es bastante activo y tiene mucha agilidad, puede dar grandes saltos y al atacar apunta directamente a su objetivo siendo un depredador bastante certero, su andar es suave y sigiloso, demostrándolo con menor esfuerzo cuando se encuentra en su hábitat natural, cuando está domesticado es un poco tosco y a veces se golpea sin querer por la rapidez de sus movimientos.

Carácter y personalidad

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Estos son sin duda unos felinos muy atractivos especialmente cuando son cachorros, los que hacen que cualquiera que los vea quiera tenerlos como mascotas, pero su naturaleza y personalidad no va muy acorde a la presencia de humanos en su modo de vida.

En primer lugar, es importante destacar que son animales en extremo solitarios, de hecho, no comparten su tiempo o su espacio incluso con los de su misma raza, prefieren andar solos en todo momento y tampoco son dados a tener a su familia cerca de excepción de las madres que tienen a sus crías pequeñas, las que protegen con bastante vehemencia hasta que entienden que están listos para independizarse.

Este hecho hace que el estudio en función a sus costumbres y desenvolvimiento se vea muy limitado, pues mientras menos capacidad de socialización tenga hace que con más agresividad se comporte ante lo desconocido y para el los humanos somos desconocidos.

La única manera en la que se puede ver que se acerca a los suyos es en la época en la que sienten la necesidad de reproducirse, que por su forma biológica no es tampoco muy frecuente y se hace evidente tan sólo dos veces al año.

Esto aunado a su excelente capacidad de visibilidad en la oscuridad lo hace ser un animal de mayor actividad en la noche que es cuando cazan con más frecuencia, pero que no es limitativo si llegara a olfatear o a ver a una posible presa a la luz del día.

En este aspecto son bastante efectivos, son sigilosos y atacan sin temor, normalmente muerden la nuca de sus presas, pero cuando son animales mucho más grandes como los venados prefieren morder en la garganta y esperar a que la sangre los ahogue, cuando cazan patos o animales acuáticos esperan en las ramas que reposan sobre el agua al momento oportuno.

Son también animales muy territoriales, prefieren los troncos caídos, los matorrales o los huecos y cavidades donde pueda recibir calor, limitan su espacio a través de arañazos en los troncos o esparciendo su orine, son muy diestros escalando árboles y se mueven muy bien sobre ellos, aunque también son excelentes nadadores.

¿Se puede domesticar al Gato Montés?

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Si se puede, pero se requiere que cumplan con una serie de condiciones, en primer lugar, es preferible adoptar gatitos cuyos padres ya hayan sido domesticados, esto eliminaría una serie de riesgos puesto que el felino no entraría en contacto con la naturaleza y sus costumbres salvajes no estarían tan expuestas.

Es importante tener en mente que no es prudente tratar de capturar a un Gato Montés adulto directamente de los bosques, pues su nivel de agresividad es bastante alto y además son depredadores carnívoros que no entienden del respeto a los humanos porque algunos incluso nunca nos han visto.

Tampoco es sano capturar cachorros que ya hayan sido destetados y ya hayan cazado, entendiendo que este hábito lo entenderán como una parte natural en su supervivencia y se hace mucho más difícil tratar de cambiar sus costumbres que enseñárselas desde cero, pero, el intentar retirarlos del cuidado de su madre cuando son sus pequeños es casi imposible, así que lo más prudente es buscar aquellas casas que se han dedicado a criarlos y reproducirlos.

Hay pocos casos registrados donde se ha evidenciado que es el propio gato el que adopta a la familia humana, casi siempre siendo el que se acerca a las granjas principalmente buscando donde reproducirse y que ya se ha codeado con este medio, el que se queda y trata de adaptarse a algunas costumbres de los hombres, pero mantiene su estatus de libertad yendo y viniendo por su propio gusto.

Como se comportan en el interior

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El Gato Montés en cautiverio es principalmente muy activo, algunos lo han llegado a catalogar como un niño hiperactivo de dos años que nunca crece, por lo que demanda un alto nivel de atención para evitar que se aburra y tome comportamientos irritables, como el romper muebles o maullar incesantemente.

Además, no controlan bien sus habilidades debido a que las poseen, pero no las necesitan tanto y se les puede ver como se golpean sin querer contra las paredes al salir corriendo a grandes velocidades en espacios pequeños, lo que van controlando a medida que crecen, pero que siendo cachorros pueden ocasionar algunos destrozos con su tosquedad.

Su temperamento en cambio se dosifica mucho, volviéndose gatitos muy dulces y desarrollando una evidente afición a su familia adoptiva, al punto de que necesitan saber que los tienen cerca casi todo el tiempo, aunque no son los ejemplares de la raza más amorosa si aprecian mucho a sus amos, son independientes y un poco reacios a los extraños, tampoco son muy dados a jugar con niños pequeños pues no reaccionan bien a sus tratos.

Cuidados generales

Es totalmente evidente que el Gato Montés que vive en los bosques de diversas partes del mundo no va a aceptar ningún tipo de cuidado por parte de los humanos, pues su condición salvaje lo hace ser bastante independiente en este aspecto.

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Sin embargo, estos gatos pueden tener una vida suficientemente larga debido a que se acostumbran a mantenerse por su propia cuenta, siendo la principal la de lamerse constantemente, generalmente estos gatos se lamen con frecuencia por varias razones, la principal obviamente es la de limpiarse y aparte tienen otro beneficio asociado a refrescarse pues como no tienen glándulas sudoríparas necesitan que su saliva haga el mismo efecto.

Asimismo, su lengua tiene un aspecto rugoso y además es parecida en su textura a la de una lija que hace que se traiga consigo algunos elementos, básicamente el gato montés puede darse baños de esponja todos los días.

Caso contrario ocurre con aquellos que se encuentran en cautiverio y especialmente los que han crecido dentro del hogar, los que desde pequeños asumen que la responsabilidad de ejercer sus cuidados pueden ser compartidos con los humanos aunque de forma limitada ya que no son muy dados al contacto continuo, aunque pueden ser entrenados desde cachorros.

La mejor estrategia que se puede tomar para que este felino permita que se le apliquen las prácticas comunes en su mantenimiento es hacerlo desde que llegan al hogar y mantener una continuidad así no parezca que lo requieran, de manera que lo asuma como parte normal en su vida y no como algo impuesto de la nada.

El cepillado para el Gato Montés

A diferencia de lo que se piensa con respecto a los gatos de pelaje cortito, estos mininos requieren que se les practique el cepillado al menos una vez a la semana, de manera que se le pueda ayudar a retirar el pelo que se ha muerto pero que no ha caído aún y a la vez sacar de su manto posibles parásitos que se le hayan pegado en alguno de sus paseos.

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Los baños para el Gato Montés

Como a todos los felinos, independientemente de su capacidad de lamerse en lo cotidiano, siempre es necesario bañarlo, ya que se le ayuda a retirar algunas suciedades que se le hayan pegado en zonas poco accesibles, se le elimina el mal olor y se le ayuda a cuidar de su pelaje especialmente si se hace uso de los productos apropiados diseñados exclusivamente para gatos.

Pero con los gatitos de esta raza ésta no es una actividad del todo fácil pues, aunque son super amantes del agua y les encanta hasta nadar, no son obedientes ni se quedan quietos mucho tiempo, siendo necesario acostumbrarlo desde cachorro y hacer todo lo que esté en sus manos para que el momento sea lo más corto posible.

Sus espacios

El Gato Montés es muy inteligente y aunque vive y se desarrolla muy bien en el exterior puede también acostumbrarse a los hábitos de los humanos, llegando a entender cómo funcionan casi todos los objetos, tomando con algunos cierto interés particular.

En todo caso siempre es necesario ayudarle a que tome algunos hábitos con el propósito de mejorar su capacidad de convivencia, como el de dormir en su cesta, lo que va a requerir de mucha paciencia de su parte pues el gato montés domesticado igualmente tiene un toque de irreverente y va a optar por los lugares que más le agraden.

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Es muy posible que sea necesario que le permita tener estas libertades, pues su naturaleza no es la misma que la de otras razas más acostumbradas a compartir con los humanos que pueden acomodar sus rutinas a las de sus dueños.

Otro aspecto que es primordial le sea enseñado desde cachorro es la de hacer sus necesidades fisiológicas en su caja de arena, de lo contrario va a escoger cualquier espacio que le sea apropiado siendo más difícil apartarlo de esa decisión, además hay ciertos olores que se fijan como el de sus heces o su orine, que van a tener que retirarse con suma dedicación.

Esta cajita de arena debe ser limpiada diariamente, con el uso de una palita puede extraer los sólidos que haya dejado su mascota allí y al menos dos veces a la semana deberá cambiarle la arena.

En cuanto a su lugar para comer es ideal que sea en una zona muy limpia, libre de malos olores, puesto que hasta el olor del plástico de las bandejas puede hacer que a su minino no le provoque comer siendo a veces requerido cambiarle el plato por uno de vidrio o porcelana, así como su tasa de agua, recuerde que hay algunos materiales a los que no está tan acostumbrado como otros felinos por el tiempo que ha vivido al natural.

En cuanto a su provisión de agua, ésta debe ser continua y vigilarse que siempre sea limpia y potable, por lo que no es muy conveniente acostumbrarlo a que tome directamente del grifo, además cuando comen en base a pienso es importante verificar que ingiera bastante cantidad.

Dieta y alimentación

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En primer lugar, se debe entender que esta raza es más que nada de naturaleza salvaje y que por muchos siglos ha sobrevivido por su propia cuenta sin la ayuda ni la intervención del hombre por lo que estando en su hábitat natural simplemente va a responder a lo que sus instintos le guíen, siendo la caza la mayor parte de su dieta.

Normalmente el gato montés caza al caer la noche, pero hay un par de meses al año en el que cambia la modalidad debido a los hábitos de sus presas, las que dependiendo del clima pueden variar sus costumbres tratando de adaptarse, sin embargo, cuando hay alguna escases marcada de posibles alimentos, estos gatitos pueden volverse carroñeros por un tiempo con tal de sobrevivir y esperar a adueñarse de nuevos territorios.

Su caza generalmente se ubica en el radio de acción que el ha marcado previamente como su territorio, respetando las delimitaciones de otros salvajes de su especie o de otras, aunque si ve la oportunidad de manera efectiva seguramente atacará.

Son rápidos y atacan con bastante probabilidad de éxito, no se apresuran y estudian a su presa, si es necesario perseguirlas lo hacen sin ningún problema, convirtiéndose en excelentes depredadores, además su tamaño y su agilidad los hace ser bastante capaces.

La mayoría de los animales de los que se alimenta el gato montés es de roedores, también le gustan los conejos y las liebres, de hecho, se ha visto que han podido capturar venados, de los que come hasta que la carne pierde su buen olor, pues no toleran la comida en descomposición, dejando en el caso de presas grandes, muchos restos para otros depredadores menos exigentes.

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Comida para el Gato Montés en Cautiverio

Al momento de tener un Gato Montés, siempre se debe tener en cuenta la cualidad de su naturaleza salvaje, incluso en su régimen de alimentación ya que este no es un minino doméstico como estamos acostumbrados a ver y sus requisitos nutricionales son un poco más estrictos.

En este sentido no se debe olvidar la importancia de darle de comer suficiente proteína que provenga de carne de animal, así como algunos vegetales o carbohidratos, pero es trascendental que se entienda que su dieta no debe ser vegetariana ni basada principalmente en otros componentes que deben usarse más como soporte.

Esto se debe a que su composición orgánica necesita de los aminoácidos que le proporciona la proteína, tanto para cuidar de su pelaje, de su composición muscular, ayudar con varias de sus habilidades y mejorar su visión, además ésta tiene la capacidad de desecharse por completo, puesto que lo que no absorbe el cuerpo del gato para su aprovechamiento, lo expulsa en las heces, evitando que queden restos que se convierten luego en glucosa traducido en obesidad.

Por su parte, es necesario permitir que la madre de su Gato Montés le otorgue su período completo de lactancia, ya que la leche materna es la que le ayudará en su desarrollo en sus primeras semanas, permitiendo que terminen de evolucionar en su aspecto físico y motor, así como también le inmunizará mientras sea amamantado y espera a que se cumpla el tiempo prudente para comenzar con se rutina de vacunación.

Muy pronto el minino podrá empezar a ingerir alimentos suaves, hechos papilla preferiblemente, por lo que si va a optar por darle pienso o croquetas entonces es recomendable que las disuelva en agua, nunca en leche de otro animal, hasta que su dentadura esté lo suficientemente fuerte como para morder.

De allí en adelante empieza su régimen alimenticio de adulto, el que es ideal que sea monitoreado por su veterinario, ya que puede requerir algunos cambios dependiendo el estado de salud de su mascota o de la edad que vaya cumpliendo.

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Las Croquetas para el Gato Montés

Este tipo alimenticio se convierte rápidamente en el preferido de muchos dueños de mascotas pues además de ser efectivamente expedito es totalmente saludable y puede otorgar a su gatito la exacta cantidad de nutrientes que necesita sólo con saber escoger la marca correcta, la que usualmente será recomendada por su especialista quien indicará que se asegure que la misma sea elaborada principalmente de proteína de animal.

La alimentación casera

Por las cualidades de este felino, es muy probable que ésta sea la manera más efectiva de alimentarlo, para que pueda disfrutar de las bondades que le ofrece ingerir alimentos con su textura y sabor natural, pero igualmente es buena opción tratar de combinarlos con las croquetas y crear platillos mixtos.

En todo caso, debe evitar darle a su Gato Montés mucha cantidad de atún ni pescado y mucho menos crudo, procure cocinarle su dieta sin usar aderezos de ningún tipo, nada de sal ni salsas, nada de leche o chocolate, ni mucho menos golosinas para humanos, tratando de ofrecérselos asados, a la plancha o cocidos.

Salud

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Hasta ahora no se ha detectado que el Gato Montés pueda sufrir de ninguna enfermedad proveniente de sus ancestros ni de sus padres, es decir, generalmente no padecen de problemas congénitos o hereditarios, lo que es una ventaja pues no tiene consigo la posibilidad de tener una condición que pueda dañar su calidad de vida desde su nacimiento.

Es por ello que aún viviendo en condiciones naturales y manteniéndose por su propia cuenta pueden llegar a vivir entre 12 y 14 años, lo que es un período bastante longevo para animales de este tipo que se desarrolla en sus condiciones.

Sin embargo, cuando se tiene en casa es importante tomar otras previsiones que le ayuden a mantenerse fuerte incluso por más tiempo y que además protejan a otras mascotas y a los adultos que tengan relación con él.

Entre estas previsiones se cuenta en primer lugar el proceso de vacunación, garantizando la protección del felino y evitando que se pueda convertir en un elemento propagador de algún virus para otras mascotas.

Es seguro que la cantidad o el tipo de vacunas que deba recibir su gato montés va a variar dependiendo del lugar donde se encuentren, del tipo de clima con el que se vean afectados o incluso de la existencia de alguna enfermedad puntual en el ambiente a lo largo de su vida, por lo que cada proceso es diferente y debe ser asesorado por su veterinario el que indicará cuales serían, cuantas y en qué momento aplicarlas.

Lo ideal sería comenzar el proceso justo después que su gatito sea destetado, durante la lactancia no es necesario ya que ésta entre sus múltiples beneficios tiene la bondad de mantenerlo inmunizado o mejor dicho de elevar sus defensas a tal punto que es muy poco probable que se enferme o que contraiga algún virus.

Una vez que deja de ser amamantado pierde por completo la protección que le otorga su madre y requerirá que se le suministren algunas dosis de vacunas como la trivalente, por ejemplo, que incluye al calicivirus, al panleucopenia y al rinotraqueitis, así como la que evita la leucemia felina o la rabia, entre muchas otras que serán indicadas por su especialista.

Además de ello el Gato Montés debe ser desparasitado cerca de los dos meses de vida, para evitar que se adhieran a su intestino rompiéndolo o causando problemas digestivos tanto en corto como en largo plazo.

Por su parte es necesario reconocer que, aunque sean gatos muy fuertes y que en su mayoría no padecen de enfermedades congénitas, estos mininos no son invencibles y pueden llegar a padecer de alguna que otra enfermedad gatuna común, por lo que siempre es importante mantenerlo vigilado y realizar controles esporádicos donde se detecte su estado.

A esto se le suma el hecho de que el Gato Montés es fuerte y por decirlo de alguna manera, prefiere sufrir solo, pues generalmente no da muestras de ello teniendo una alta resistencia al dolor, por lo que se debe tratar de observar bien de manera de poder reconocer cuando se siente mal, cuando se siente bien o cuando simplemente está descansando, que tiende a ser muy pocas horas al día.

Entre estas varias afecciones que pueden llegar a molestar a cualquier felino en general, se encuentra la artrosis, que es una condición no asociada a la raza que se evidencia especialmente cuando el gatito posee una edad ya avanzada, que podría calcularse más o menos cuando cumple los 10 años.

Esta enfermedad afecta directamente a las articulaciones del gato, debilitándola de tal manera que sus cartílagos pierden el efecto de amortiguador y hace que sientan mucho dolor por ello, consiguiendo también minimizar su agilidad y su deseo de moverse.

Es por ello que si usted llega a notar que su Gato Montés ha perdido el deseo de mantenerse activo debe inmediatamente acudir a un veterinario, puesto que una de las principales características de esta raza es precisamente la de la hiperactividad, no les gusta quedarse quietos por mucho tiempo y este malestar podría causarle serios problemas físicos y mentales.

La manera más efectiva en la que su veterinario pueda llegar a esta conclusión y descartar otros padecimientos, además de hacer su respectivo examen físico es la de solicitar radiografías donde podrá notar el grado de evolución de las mismas y seguramente le recetará algún calmante o medicinas que retardarían el progreso de la afección, pero se debe tener en cuenta que no es curable y que la obesidad, entre varias cosas, puede influir mucho en la sensación de dolor y en la pérdida de movilidad.

Por otro lado, el Gato Montés tanto en cautiverio como en su estado salvaje puede sufrir también de alopecia, que es la demostración de alguna otra enfermedad que hace que pierdan notablemente el pelo, pero que requiere de mucho más que cremas cutáneas para poder llegar a la causa principal y eliminarla.