
Gato de la jungla, tu nueva mascota
El gato de la Jungla es sin duda un animal muy particular, es interesante, inteligente, moldeable, se adapta a muchas situaciones y sin embargo tiene una naturaleza salvaje que puede ser un tanto intimidante pero que causa mucha curiosidad por llegar a conocerlo.
Su origen no está del todo claro puesto que es bastante difícil de rastrear debido a la gran cantidad de siglos que ha venido demostrando su existencia en varias partes del continente Asiático y Europeo, pero todavía no se ha podido determinar como se reprodujo ni tampoco como ha llegado a poblar tanta área.
De lo que si se puede dar fe es de su profunda conexión con la cultura Egipcia, cuya civilización tenía un amor particular por los gatos y el Chaus, como también se le suele llamar más aún, de hecho se ha confirmado que pudieron llegar a domesticarlo tomándolo como mascota y cruzándolo con otras razas domésticas, teniendo como derivado al Chausie, raza que todavía en nuestros días es muy querida y solicitada.
Luego de atravesar por un período en el que los gatos salvajes tuvieron que alejarse de los humanos por su propio bien para evitar ser masacrados en las hogueras junto con otras razas domésticas, varios científicos se sintieron atraídos por sus cualidades y empezaron a tratar de estudiarlos, época en la que surge el nombre científico feliz Chaus para referirse al Gato de la Jungla.
Hoy en día es un animal protegido por algunas culturas, aunque no está en peligro de extinción, y en otras se han formalizado casas de cría en la que se demuestra que es un animal exótico bastante domesticable, también es buscado por algunos para matarlos y retirar sus pieles, pero mayormente se encuentran lejos de la civilización.
Su instinto dominante es el de ser un animal salvaje, por lo que es un poco delicado tratar de tomar un gato de la Jungla adulto como mascota, y aunque ha permitido que los humanos se acerquen a su hábitat de muy buena manera siempre es importante, por el bien de los suyos, tenerles un poco de respeto especialmente a los que no han sido socializados.
Su comportamiento en la jungla definitivamente es bastante acertado, al punto de poder sobrevivir sin ningún problema por muchos siglos por su cuenta propia, saben escoger los lugares apropiados para estar bien resguardados, optan por lugares húmedos con matorrales, de aspecto selvático o arbolados.
Son excelentes nadadores, por lo que pueden zambullirse y nadar sin dificultad, aunque prefieren descansar en lugares secos, preferiblemente los que dejan otros animales, o huecos en los troncos y madrigueras.
En la jungla son muy solitarios, se mueven solos y cazan solos, pero se les puede ver en familia cuando se encuentran en época de reproducción y a las madres con sus cachorros, a los que cuidan celosamente, hasta que cumplen más o menos los seis meses, cuando ya se separan por completo.
Su alimentación es carnívora, les gusta cazar roedores, aves, incluso en vuelo ya que pueden brincar bastante alto, peces o patos y hasta serpientes, sin embargo, hay algunos meses en los que también se sustentan con frutas o vegetales, todo depende de lo que puedan conseguir.
Por su parte, cuando han sido domesticados es otro tipo de animal, es amoroso, juguetón y muy activo, le gusta estar con su familia humana y es hasta un poco celoso, pero no pierde del todo esa independencia que posee de manera innata.
Sus cuidados son muy básicos, no requiriendo de ningún tipo de manutención adicional a los clásicos para cualquier mascota felina, con su cepillado semanal para eliminar rastros de suciedad o retirar pelo muerto, sus baños mensuales que le ayudan a eliminar malos olores o sucio que no se alcanzan ellos mismos y el tratamiento de sus dientes u orejas es suficiente, aunque no dudará en limpiarse con su lengua cada vez que lo considere prudente.
Su salud es muy fuerte, son gatitos que básicamente no poseen rastros de enfermedades hereditarias, los que si se combinan con una correcta etapa de vacunación pueden vivir más de 15 años casi sin ningún problema, aunque evidentemente deben ser bien atendidos para evitar que decaigan por falta de previsión.
En fin, el gato de la jungla naturalmente va a tener un mejor desenvolvimiento en su ecosistema, saben muy bien lo que les conviene y lo que no y sobre todo saben como conseguirlo, no son temerosos y tienen muchas habilidades con las cuales pueden sobrevivir a las mil maravillas.
Pero, a raíz de que ha causado mucho interés en los humanos por su aspecto exótico, también ha permitido que sea domesticado, especialmente los cachorros, para poder llevar una vida más que cordial con su familia humana, a la que le demuestra que definitivamente fue una excelente opción el adoptarlo.
Historia y Origen
Hay algunos datos en la historia de este gatito que todavía no han podido ser identificados especialmente porque su existencia se remonta a épocas muy antiguas y aunque genéticamente se ha podido comprobar que poseen una línea ancestral no se tiene la certeza de cómo se formó ni como se extendió a lo largo de las diversas regiones en las que se ubica.
En este sentido hay muchas hipótesis, siendo la principal en la que se piensa que el gatito se fue extendiendo por cuenta propia, apoyados en el hecho de que su radio de acción es bastante amplio, de que se mueve continuamente y de que pareciera superar muy bien las brechas de ríos, siendo esta una de las posibles limitantes que podría llegar a tener en sus viajes.
Otros opinan que algunas civilizaciones lo capturaban y se los llevaban en sus viajes o expediciones, dejando su rastro en las épocas de reproducción del minino, pero, de nada de ello hay todavía pruebas reales que comprueben cada teoría.
Sin embargo, hay evidencias que testifican que el Gato de la Jungla o “Chaus” tuvo una participación importante en la vida de la antigua civilización Egipcia, en la que se denota una fuerte conexión con los ejemplares de esta raza.
Esta ampliamente documentado el hecho de que los gatos eran muy importantes para los Egipcios, lo que se muestra en muchos de sus jeroglíficos que evidencian sus costumbres y se puede ver como los adoptaban y los tenían como animales sagrados o mágicos que bendecían a la comunidad con su sola presencia y tenerlos como mascota era extremadamente favorecedor.
Además, se han encontrado varios de sus cuerpos momificados en las tumbas junto con los cadáveres de sus familiares humanos adoptivos, lo que muestra el inmenso valor que tenían ya que era costumbre para ellos pensar que se podían llevar al más allá todo lo que fuera enterrado junto con ellos.
De la misma manera se comprueba su importancia ya que los Chaus fueron especialmente domesticados por esta cultura para tenerlos en sus hogares y para procrear otras razas propias de Egipto, a la que llamaron Chausie, siendo el resultado del cruce entre un gato de la jungla y un gato doméstico.
Su popularidad fue disminuyendo luego de que el imperio Egipcio se extinguiera como tal y un tiempo después, alrededor del siglo XVII y XVIII su suerte empeoró un poco debido a la persecución que hubo hacia algunas corrientes y a los felinos en especial los que eran asesinados en hogueras a causa de sus habilidades, quedando relegados por completo a vivir en las junglas lejos de los humanos para su protección.
Por su parte, alrededor del año 1776 el naturalista alemán Johann Anton Güldenstädt pudo describir la especie luego de ser el primero en capturarlo cerca del río Terek en la frontera del Imperio Ruso, el que le colocó por nombre “Chaus”.
Dos años más tarde otro científico conocido como Johann Von Schreber usó el nombre como el correcto para varios ejemplares de esta especie el que fue aceptado por muchos otros que le siguieron en la tarea y pudieron determinar cuales eran las características de la raza detallándolo gráficamente.
Entre estos estudios se pudo determinar que el gato de la jungla o “Felis Chaus” pudiera tener varias subespecies que se diferencian básicamente en cada zona donde se encuentran, lo que hace determinar que el medio ambiente tiene mucho que ver en su evolución, siendo categorizado de la siguiente manera:
-Felis chaus nilotica: Son naturales de Egipto.
-Felis chaus chaus: Ubicado en el Cáucaso, Turquestán, Irán, y el Turquestán chino.
-Felis chaus affinis: vive en la región del Himalaya.
-Felis chaus fulvidina: visto al sudeste asiático, Tailandia, Laos, Camboya y Vietnam.
-Felis chaus prateri: Vistos en Sind.
-Felis chaus furax: el que se desarrolla en Palestina, Irak y Siria.
-Felis chaus maimanah: El que vive en Afganistán al Norte.
-Felis chaus kelaarti: encontrándose en Sri Lanka y en una parte de la India.
-Felis chaus kutas: ubicado en Bengala y Kutch.
-Felis chaus oxiana: Se distribuyen en casi toda India
Con el paso del tiempo se ha vivido cordialmente con esta familia gatuna la que hoy en día se ubican mayormente en algunas zonas de Egipto, en Asia central, occidental y en menor grado al sur de ella, también han sido vistos en la India, pero regularmente se muestran un poco más pequeños que en otros lugares.
Actualmente hay muchos lugares conde se les cría como mascotas exóticas, algunos de ellos han seguido haciendo los experimentos que hacían en el antiguo Egipto al cruzarlos con otros gatitos domésticos para producir y comercializar a su derivado conocido como Chausie, hay otros países como en la India donde son razas protegidas y otras donde infortunadamente no gozan de la misma suerte y son cazados para tomar su piel.
Características de la raza
Apariencia General.
El Gato de la Jungla es un felino bastante estilizado especialmente por sus hermosas patas largas y rectas, su cuerpo y su rostro tienen mucho parecido con el gato doméstico sólo que es un poco más grande y la cola es un poco más corta.
Estatura.
Entre los felinos no es muy común ver que denoten casos de dimorfismo sexual, es decir que se vea una gran diferencia entre el cuerpo de las hembras y de los machos además de sus genitales, pero los gatos de la Jungla pueden distinguirse fácilmente en este sentido en el aspecto de su estatura.
Son gatos de tamaño mediano a grande, los machos que son los más altos pueden tener una longitud que oscila entre los 56 a los 76 centímetros y pueden tener una altura hasta la cruz de 35 cm, sin duda impulsada por la longitud de sus patas.
Peso.
Este rango varía en función al tamaño del gatito o a su género también debido a que las hembras suelen ser menos corpulentas que los machos, pero en general se estima que su peso oscila entre los 5 kilos a los 9 o 10 kilos.
Región facial.
Su rostro es pequeño, con ojos y orejas grandes un hocico alargado y perfilado que remata en una nariz y boca muy pequeñas, en general posee el mismo tono del manto con algunas líneas en una pigmentación más oscura pero el área de los bigotes es blanca, así como otras pequeñas marcas que lo refinan.
Nariz.
Su nariz es muy pequeña en comparación con el resto de sus facciones, es de color rosado y es delineada con un borde oscuro, posee en la parte inferior un pequeño surco que sube y divide esa zona en partes iguales.
Ojos.
Poseen ojos grandes en proporción a las facciones de su rostro, el párpado superior es levemente curvo pareciendo en ocasiones ser totalmente recto, la parte inferior del ojo es redonda, por lo que no es del todo ovalado, se colocan de forma oblicua, con un ligero ángulo, el color del iris es amarillento a verdoso muy claros y la pupila es ovalada y vertical.
Su mirada es intensa, además se enmarca por un delineado oscuro cerca de los ojos y un pelito muy claro casi blanco inmediatamente después, que forma otra línea externa dando más profundidad.
Orejas.
Los Gatos de la Jungla se caracterizan por tener orejas bastante grandes, tienen forma triangular, aunque su punta externa no existe como tal ya que la poseen muy redondeada, su base no es tan ancha en comparación con la longitud del arco de la punta, pero no se ven cuadradas ni rectangulares.
La cara frontal muestra un pabellón muy cubierto en pelo de mediano a largo de color blanco, muy suave y la cara externa tiene un aspecto muy propio de esta raza que hace recordar al Caracal (otro felino de tipo salvaje) aunque en menor grado y es la pincelada de pelos de color oscuro, generalmente negro que cubre la punta y sobresale aproximadamente uno o dos centímetros.
Pelaje.
La longitud y cantidad de pelaje puede variar dependiendo del lugar o la zona geográfica donde se desenvuelve, normalmente son de pelo corto, duro y denso, con la zona del abdomen y debajo del cuello un poco más largas.
Color.
Poseen un solo estilo de tintura en su pelaje siendo representados por un color amarillo rojizo o arena, que se mezcla muy bien con las áreas en las que se ubica, pareciendo que se camuflara, no son del todo sólidos pues tanto las patas como la cola muestran un patrón que pareciera ser atigrado, además la parte del abdomen y debajo del cuello se pintan de blanco.
Su rostro también tiene algunas líneas en los tonos de las patas o de color blanco.
En la India se reportaron algunos ejemplares que eran totalmente blancos como si hubieran sido albinos pero sus ojos no eran rojos por lo que no se catalogaron como tal, considerándose que fue el resultado de endogamia.
Cola.
A pesar de ser un minino de patas, orejas y ojos grandes, la cola del Gato de la Jungla es un poco corta, gruesa y de punta redondeada.
Movimiento.
El Gato de la Jungla tiene mucha facilidad en sus movimientos, es un buen trepador y puede mantener bastante equilibrio en zonas delicadas, es muy rápido y puede brincar bastante alto, superando con creces su propia estatura.
Se desenvuelve muy bien tanto en el campo como en el agua siendo un perfecto nadador, de hecho, se le ha visto en muchas ocasiones en zonas encharcadas.
Como gatito en cautiverio es un poco tosco pues no tiene pleno conocimiento de sus posibilidades ni de sus limitaciones, por lo que no es muy conveniente tener objetos delicados cerca de su paso.
Carácter y personalidad
Con todo y que son gatitos salvajes el Gato de la Jungla no es el más agresivo de todos, pero si deben tenerse en cuenta muchas consideraciones de su personalidad, bien sea para respetar su espacio en la selva o para poder sobrellevarlo cuando se acerca a la civilización y sobre todo cuando se ha tomado en cautiverio.
Su comportamiento en la Jungla
En primer lugar, no necesariamente el ambiente donde ellos se desenvuelven tiene que ser precisamente una jungla o selva como tal, aunque si prefieren las zonas húmedas que definitivamente tengan ríos, terrenos arbolados o pudieran quedarse en lugares donde la vegetación no sea tan densa, todo depende de su adaptabilidad y posibilidades de sobrevivencia.
Como ha sucedido con la mayor parte de los gatos salvajes, su estudio se ha visto muy limitado debido a que por su poco contacto con los humanos son un tanto reacios, quedando de lado muchos aspectos que hoy en día se están tratando de investigar, pero que se han podido identificar algunas costumbres.
Por ejemplo, se ha podido reconocer que el Gato de la Jungla es territorial, se mueve en un radio de acción que pudiera llegar hasta unos 45 o 66 Km2 para cada gato macho, marcándolo esparciendo su orine o dejando arañazos en los troncos de los árboles, también se les ha visto posando su frente o sus mejillas en las rocas.
Además, son definitivamente gatos solitarios, no se les ve en grupos a menos que sea cuando estén en período de reproducción en los que se observa como se mueve la familia, padre, madre e hijos a madrigueras sólo hasta cuando los cachorros están en edad de independizarse.
En esos casos el padre sale a cazar y deja a la madre refugiada en espacios protegidos generalmente hechos anteriormente por otros depredadores que los han dejado y se resguardan del frío con hierba seca o con pelo, donde la madre espera al nacimiento de sus hijos y los amamanta casi hasta los tres meses, ya a los seis meses de edad o un poco antes estos jóvenes parten a su vida solitaria y la madre se separa también de ellos.
Por su parte, son animales diurnos y nocturnos, no tienen una preferencia marcada para salir a cazar, se mueven mucho y descansan poco, son un tanto obsesivos en cuanto a au protección se refiere, por lo que se cuidan mucho moviéndose dentro de la maleza, prefiriendo las zonas con hierbas altas por lo que también se les ha visto en algunos cultivos.
Son uno de los mejores nadadores que hay dentro de los felinos, aman el agua y pueden zambullirse a buenas profundidades cuando van detrás de una presa o en todo caso atravesar un río para llegar al otro extremo.
¿Se puede domesticar al Gato de la Jungla?
Si se puede, de hecho, se tiene la certeza de que fueron domesticados por la civilización del antiguo Egipto pudiendo cruzarlos con gatos domésticos, aunque no es recomendable que se haga con cualquiera de ellos.
A pesar de que se ha notado que han aceptado con mucha calma la invasión que los humanos le han hecho a su hábitat y que de hecho se han mezclado con nosotros incluso hospedándose en casas o granjas abandonadas en los condados cercanos, siempre es importante tener en cuenta algunos cuidados.
Entre estos se debería procurar escoger a gatitos que apenas sean destetados, lo cual es bastante complicado pues sus madres son extremadamente celosas de su cuidado y protección, siendo un riesgo para quien decida acceder a ellos en esa etapa.
Sin embargo, es la edad más indicada ya que cuando el gatito ha madurado y se ha adaptado a su medio ambiente hacerlo cambiar de costumbres es más complicado e incluso hacerle socializar con humanos es riesgoso para ambos.
Es importante recordar que la socialización temprana es la principal clave para ayudar en la moderación del temperamento de casi todos los animales y el Gato de la Jungla no es la excepción con todo y sus rasgos salvajes, por lo que mientras sean cachorros se debe procurar ponerlo en contacto con la mayor cantidad de humanos posible, así como con otros gatitos.
Como se comportan en el interior
Es muy probable que aún y cuando hayan sido adoptados provenientes de padres domesticados o incluso tomados desde cachorros y correctamente socializados el Gato de la Jungla tenga algunas de sus excentricidades, como el tratar de definir su territorio en el cual los humanos forman parte de sus posesiones.
En el hogar son animales amorosos con sus dueños y regularmente convierten esa necesidad de protección a celos hacia sus amos, tratando de verlos y cuidarlos constantemente, pero no es de extrañar que en ciertos momentos traten de explorar a sus alrededores demostrando ese toque de independencia y ese aspecto solitario que los caracteriza.
Cuidados generales
Evidentemente este aspecto cambia dependiendo de las condiciones en las que se desenvuelva el Gato de la Jungla, pues no es prudente tratar de darle cuidados de mantenimiento si su naturaleza es salvaje, y dentro del hogar va a necesitar que mantengamos una rutina especialmente para mantenerlo acostumbrado.
Mientras este minino se encuentra en la Jungla es totalmente autosuficiente en cuanto a sus cuidados, lo que no quiere decir que no los recibe, sino que a su manera él se los emplea de algún modo.
Por ejemplo, así como la mayoría de los felinos, el Gato de la Jungla tiene las propiedades ideales en su lengua como para despegar de su pelaje cualquier elemento ajeno que le pueda causar daño, entre ellos semillas, espinas o pedazos de pasto con las que se mantienen siempre en contacto.
La manera como lo hacen es pasándola constantemente por su pelaje y por sus cualidades pegajosas y rugosas se trae consigo cualquier suciedad, además esto también les ayuda a refrescarse, pues como le sucede a cualquier gatito, estos no poseen glándulas en su piel que le permiten sudar y la saliva que ellos colocan al lamerse proporciona casi el mismo efecto.
Además, les encanta nadar o zambullirse en el agua, lo que les ayuda a terminar de eliminar todo aquello que no han podido alcanzar con su lengua, así como a minimizar levemente los malos olores o porque no también a refrescarse.
Por otra parte, estos gatitos son especialistas en auto proveerse de un lugar donde descansar y guarecerse buscando mayormente lugares ya preparados por otros animales como puercoespines o zorros.
Los cuidados en el Hogar
Evidentemente la historia cambia cuando estamos hablando de un gato de la Jungla en cautiverio, donde todo se reduce a la manera como lo vayamos acostumbrando, por lo que mientras más pequeño reciba sus debidos cepillados, el cuidado de sus dientes, sus revisiones periódicas y sus baños mensuales, más rápido se adaptará a ellas, pero sin dejar de lado algunas de sus costumbres como la de lamerse.
Por otra parte, es siempre importante hacer hincapié en el correcto uso de los productos, los que deben ser sin ninguna excepción elaborados exclusivamente para gatos o felinos y nunca tratar de usar los fabricados para humanos que son más fuertes y tienden a hacerles daño o a causarles incomodidades.
El cepillado para el Gato de la Jungla
Sin importar el hecho de que el pelaje de estos gatos es corto y obviamente hay muy pocas posibilidades de que se le enrede siempre será importante cepillarlo al menos una vez a la semana, principalmente porque de esta forma se le ayuda a mantenerse limpio y porque se podrá retirar el pelo muerto que por lo denso y duro del pelaje se le dificulta caer siendo incluso preferible que quede adherido al cepillo y no en la alfombra, los muebles o el piso.
Los baños para el Gato de la Jungla
Un aspecto a favor de esta raza es su amor al agua, por lo que por este lado no tendría tantos problemas para ofrecerle un baño, pero es muy probable que tenga que hacer uso de ciertas estrategias porque, aunque esa no sería la dificultad, el sostenerlo por largo tiempo y el aplicarle jabón es probable que si lo sea.
En todo caso la clave del éxito es la costumbre, siendo necesario que se apliquen los baños con la misma regularidad siempre, además el permitirle jugar con el agua un rato es también una manera de estimularle.
Por otra parte, con la práctica apropiada, puede tratar de que este proceso no sea tan largo y luego que esté empapado enjabonarlo rápidamente, sin tocar su rostro ni sus orejas,
El cuidado de su boca
Este es un factor de vital importancia, pues la comida tiende a pegársele en sus pequeños dientes creando sarro y generando problemas de halitosis o incluso pérdidas prematuras de algunas piezas, especialmente cuando es alimentado con conservas o enlatados, por lo que es valioso tratar de ayudarlo a eliminar estos rastros.
Hay muchas maneras que se encuentran en el mercado de procurar su higiene bucal, bien sea tratando de irse por los medios tradicionales a través del cepillado o usando pastillas o polvos especiales que se rosean sobre el alimento y que los limpian con mayor facilidad.
Sus espacios
Es muy común que cuando se tiene una mascota como el Gato de la Jungla se trate de hacerlo usar algunos espacios en los que se sentiría más cómodo y que también le ayudarían a establecer una mejor convivencia, como lo es su cesta para dormir, su caja de arena para hacer sus necesidades o sus platos y lugares para comer e incluso para jugar, pero en todos debe primar principalmente la limpieza pues son un poco quisquillosos con la higiene.
Dieta y alimentación
La manera como se alimenta el Gato de la Jungla va a depender estrictamente del estilo de vida que lleva, normalmente son vistos como animales salvajes que se desarrollan por su cuenta, por lo que su dieta viene dada por sus instintos de caza y por la capacidad de encontrar las presas de su agrado.
Regularmente el gato de la jungla caza sin preferencia de horario, simplemente responde a sus necesidades sin muchas exigencias, les agradan los roedores, liebres, faisanes, serpientes y ranas, es también muy hábil nadando por lo que puede cazar peces sin ningún problema y al igual que el Caracal puede saltar muy alto para capturar aves despegando el vuelo.
Son muy adaptables al entorno y a lo que tienen a la mano, de hecho, a pesar de que son carnívoros por excelencia pueden alimentarse por algún tiempo exclusivamente de vegetales o frutas, más que todo en invierno cuando sus presas habituales están escondidas o en hibernación, hasta que se mudan a otras zonas o esperan a que reaparezcan.
Debido a que no se alejan mucho de su zona y cazan casi siempre en el mismo radio de acción se ha podido determinar que son un tanto territoriales, aunque a diferencia de otros gatos salvajes pueden compartir el espacio siempre que no los afecte directamente, incluso se ha visto como se adaptan a la presencia de humanos sin ningún inconveniente.
Su manera de capturar las presas no se diferencia mucho de las del gato domestico por lo que generalmente las persiguen y saltan sobre ellas, en el caso de las aves pequeñas como se mencionó previamente el Gato de la Jungla puede brincar hasta capturarlas.
Comida para el Gato de la Jungla en Cautiverio
Cuando se ha adoptado a un Gato de la Jungla, tal como sucedería con cualquier otra raza salvaje, se debe siempre considerar que es muy posible que sus exigencias alimenticias no sean las mismas que las de los gatitos domésticos, principalmente porque su organismo se comporta un poco más acelerado que la de otros y sus requerimientos nutricionales no son exactamente los mismos.
Es por ello que independientemente de la manera como se alimente su familia humana, bien sea si tienen costumbres vegetarianas o no, su gato de la Jungla deberá llevar un ritmo carnívoro por excelencia, en la que sus platillos tengan como componente principal la carne de primera calidad, asegurando la correcta ingesta de proteína.
Es tal su importancia que su salud depende de ello, pues los nutrientes y aminoácidos que le aporta la proteína de carne animal le ayuda en el mantenimiento de su organismo, fortalece sus huesos, favorece su pelaje, le ayuda en el buen funcionamiento de la visión además de saciarlo por más tiempo y evitar a que llegue a padecer de sobrepeso.
Así pues, es valioso recordar que la proteína de animal tiene la grandiosa ventaja de que no se queda en el organismo, ya que luego de ser digerida y de que el cuerpo y los órganos absorban sus nutrientes, el restante se deshecha en su totalidad a través de las heces, por lo que no engorda.
Además, está compuesta en su mayoría por un alto porcentaje de agua, lo que le ayuda a su gato de la jungla a mantenerse hidratado incluso cuando algunos mininos no padecen de tanta sed como otros.
Sin embargo, esto no quiere decir que no se le debe ofrecer otro tipo de productos, por el contrario, el gato de la jungla es muy dado a comer frutas y algunos cereales o carbohidratos, los que bien se sabe se convierten en una fuente importante de energía y aportan vitaminas y minerales, no siendo necesario en muchos casos ofrecerles suplementos complementarios.
En todo caso el Gato de la Jungla no siempre se va a alimentar de la misma forma, en la que se debe ir ajustando a su edad, al nacer es primordial que se amamantado por su madre, la que a través de su leche le dará todo lo que requiere para su buen y sano crecimiento, ayudándolo a madurar paulatinamente hasta que está más conciente de su entorno.
Luego que su dentadura empiece a aflorar se puede pasar por una etapa de transición en la que el minino coma papillas o croquetas remojadas en agua para facilitar su ingesta hasta que sus dientes puedan morder con facilidad alimentos blandos como pollo o carne.
Nunca le ofrezca productos demasiado cocidos ni tampoco crudos, no abuse del pescado o del atún y trate de cocinar sus alimentos a base de agua sin condimentos, asados o a la plancha, mientras más naturales sean mucho mejor será.
Las Croquetas o pienso son una excelente opción siempre que se le combinen con conservas o enlatados, así como alguno que otro platillo elaborado naturalmente, pero es muy probable que por sus instintos el Gato de la Jungla case de vez en cuando alguno que otro roedor.
Salud
A pesar de lo poco permisivos que pudieran ser los ejemplares de esta raza para examinarlos y determinar su estado de salud o condición física innata si se han podido elaborar una serie de análisis en su ADN en parte a causa de la antigüedad que posee.
Entre estos estudios se ha podido comprobar que en realidad son animales muy sanos, en parte porque se alimentan a su propia discreción e ingieren lo apropiado para su constitución y en parte porque el medio ambiente y la manera como se reproducen se ha mantenido en forma favorecedora.
Es por esto que la mayoría de ellos puede llegar a vivir hasta 15 años en sus condiciones naturales o si han sido bien cuidados y alimentados en cautiverio, pues se debe tratar de recrear como mínimo sus posibilidades naturales o en todo caso tratar de mejorarlas, pero nunca adoptar un minino de este tipo para tratarlo peor de lo que el por su cuenta pudiera tener.
Cuando están en la selva no es mucho lo que se puede hacer por ellos a excepción de que los gobiernos y autoridades procuren mantener su ecosistema lo más limpio y saludable posible, evitando la intromisión indebida de los humanos o la caza indiscriminada que se hace para aprovecharse de su piel, además de las fumigaciones contra virus o pestes, pero a nivel personal es muy delicado tratar de capturarlos para vigilar su estado de salud.
Por su parte, cuando han sido adoptados como mascotas se debe tener una gran responsabilidad en su cuidado y también para evitar que de algún modo se pueda convertir en un elemento multiplicador de virus para otras mascotas.
Entre estas previsiones se encuentra el proceso de inmunización, que se realiza principalmente para evitar que el gato padezca de una serie de enfermedades que los pueden afectar a lo largo de su vida, principalmente si son expuestos al contacto con el virus en cuestión, por lo que las vacunas son realmente importantes para que su sistema inmunológico cree la protección adecuada.
Estas deben aplicarse de forma paulatina y siguiendo un calendario bastante riguroso de modo que el gatito haga los anticuerpos apropiadamente, pero no hay un estándar para todo el mundo pues dependen en gran parte de la ubicación geográfica de donde se encuentren, del clima o muchas veces de si hay o no otra afección viral en el ambiente de manera puntual.
Por lo tanto es ideal que antes de comenzar con tal proceso procure asesorarse con el veterinario de su preferencia o en todo caso con algún especialista en el área, el que le explicará los pasos a seguir, le ofrecerá la guía de vacunas con sus tiempos (seguramente incluirá la trivalente o la tetravalente, que es mejor, con su refuerzo, la calicivirus, la leucemia felina y la rabia) e incluso le podría indicar los centros asistenciales a donde acudir o aplicarlas el mismo.
Es prudencial que este seguimiento se haga inmediatamente después que su Gato de la Jungla sea destetado, ya que durante su período de lactancia este cachorro es protegido por la leche materna, la que además de alimentarlo adecuadamente le provee de casi todos los anticuerpos que requiere en sus primeros días, pero desaparece muy pronto cuando dejan de ser amamantados quedando expuestos.
Es también importante que se le realice periódicamente un proceso de desparasitación tanto externa como interna, la externa se proporciona principalmente para eliminar posibilidades de contraer, o en todo caso eliminar, pulgas y parásitos y la interna para descartar los gusanos planos o redondos que regularmente se hospedan en su intestino y causan peores consecuencias, además de multiplicarse rápidamente contagiándose a otros felinos a través de las heces.
Con todo y esto siempre hay probabilidades de que su mascota se enferme por alguna que otra causa, siendo las más populares en este tipo de mininos la artrosis felina, que es una afección que les genera mucho dolor en las articulaciones ya que debilita considerablemente la materia que las protege, así como las articulaciones, generando un desgaste que les dificulta el movimiento.
Esta es una enfermedad que no tiene cura pero que se puede prevenir con tiempo, la cual, cuando aparece es posible que necesite de la realización de varias radiografías para su confirmación y que se le receten al gatito paciente una serie de analgésicos para controlar su dolor además de una dieta para evitar que aumente de peso y empeore el caso.
Otra posible enfermedad con la que se debe tener cierta vigilancia es la alopecia, en la que el gato de la jungla tiene pérdidas considerables de pelo, que van más allá de su muda habitual, dejando espacios con evidencia de calvicie, lo que indica que hay algo más que lo está afectando demostrándolo de esta manera, por lo que debe acudir de inmediato a su veterinario.