El babeo puede ser una característica frecuente de nuestros perros, y no solo es algo que se presente en los perros de raza pequeña o en los cachorros, también puede verse en adultos y en perros ancianos. Realmente, las causas de la salivación excesiva que conduce al babeo son variadas, pueden ir desde un rasgo común en ciertas razas de perros que tienen tendencia a babear, hasta ser la manifestación clínica de una enfermedad que requiere que nuestro perro sea atendido y valorado por especialista.
Primeramente comenzaremos por definir correctamente el babeo. La salivación excesiva, conocida popularmente como babeo es aquella condición que se presenta cuando la saliva fluye hacia el exterior desde la cavidad oral, su nombre en términos científicos es “ptialismo”. Esta puede ser una manifestación que es característica de algunas razas de perros específicas, o en ocasiones puede incluso reflejar la presencia de alguna enfermedad, por lo general, de la cavidad oral, subyacente.
El ptialismo, babeo, o salivación excesiva, puede verse con bastante frecuencia en algunas razas de perros pequeños, especialmente si tienes un bulldog francés, un pug carlino, que son razas con tendencia a babear debido a la constitución morfológica de la región facial.
Estas razas de perros pequeñas, y muchas otras, presentan un rasgo anatómico que se conoce como braquicefalia, esto quiere decir que su cabeza es pequeña y achatada, en consecuencia, favorece la exteriorización de la saliva. Otras condiciones que involucren o afecten la mandíbula, como por ejemplo, la micrognatia, entendida como el acortamiento del hueso mandibular, pueden ser causa de ptialismo, y también la macroglosia, es decir, la lengua excesivamente grande para ser contenida dentro de la cavidad oral.
Es necesario reconocer que hay razas que presentan los rasgos anteriores como una característica normal de su físico, y por ello, tienen tendencia al babeo, mientras que en raras ocasiones, algunos perros pueden presentar alteraciones genéticas que originen estos rasgos y presenten como clínica el ptialismo. Es decir, en términos generales, no debes preocuparte en exceso si tu can es de raza pequeña y babea, es un rasgo que suelen tener los perros pequeños.
Existen igualmente, otros factores que pueden condicionar un aumento en la salivación en tu perro. Por ejemplo, uno de ellos es el clima; un ambiente caliente con una alta temperatura, ocasionara mayor salivación en el perro ya que este fluido va a funcionar como un regulador término que permitirá disipar el calor y refrescar a tu can. Así mismo, factores o situaciones que provoquen estrés en tu can, pueden generar nerviosismo, agitación, ansiedad y salivación en exceso.
La causa más preocupante sobre la salivación excesiva es probable que sean la presencia de enfermedades, patologías bucodentales que pueden ocasionar ptialismo. Entre ellas podemos mencionar las llagas o aftas, estás son una especie de úlceras blanquecinas que pueden aparecer en la mucosa de la cavidad oral y también en la lengua, causan dolor, inflamación y salivación en exceso. Pueden ser consecuencia de un cuadro viral o de pequeñas heridas en la boca que se han infectado; son sumamente molestas para tu perro y causaran otros síntomas como quejidos y rechazo al alimento.
Enfermedades más graves pueden estar involucradas en la salivación excesiva, tal es el caso de la parálisis fácil, es una afección que compromete los nervios motores que dan movilidad a los músculos de la cara, usualmente afecta un solo lado de la cara y se presenta pérdida de los surcos faciales en la hemicara afectada con desviación de los rasgos hacia el lado de la hemicara opuesta, y también se acompaña de salivación en exceso. Un tumor en la boca puede ocasionar ptialismo, aunque esto no es tan común.
A pesar de toda esta información no te angusties en exceso, si tu perro habitualmente presenta salivación y es de alguna raza pequeña, o de las que tienen como característica el babear, todo está en orden, solo siempre asegúrate de revisar su cavidad oral y mantener una buena higiene de la misma. La alarma se encenderá cuando tu perro no babee con frecuencia y repentinamente comience a hacerlo, y se asocie a esto otros síntomas.
Por último considera lo siguiente, los perros que tengan rasgos faciales como mejillas grandes y abultadas con labios gruesos, además de las razas pequeñas, tienen tendencia a babear. Algunos ejemplos: el san Bernardo, el bulldog, el labrador, el basset hound y el gran danés.