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Demencia senil en perros

A medida que nuestros mejores amigos comparten sus años con nosotros, es muy probable que cuando ya sean mayores padezcan después de los 7 años de demencia senil. La demencia senil en perros se produce cuando existe un desgaste considerable en el sistema nervioso central debido a la avanzada edad del animal.

Algunos de los síntomas que podrían hacerte sospechar que tu perro posee demencia senil es la falla en su memoria (no sabe por dónde salir o dónde está su plato de comida), podría comportarse de manera totalmente diferente a como usualmente se comporta e incluso olvidar a algunos familiares. A este síndrome también se le conoce como Disfunción Cognitiva Senil en perros.

¿Qué es la demencia senil y cómo hacer que tu perro la sobrelleve?

La demencia senil en perros, médicamente, es un problema que se produce debido a la reducción de las funciones cognitivas de un perro anciano, normalmente mayor a los 7 años. Esta disminución de las capacidades intelectuales del animal trae como consecuencia un cambio en el comportamiento del perro, el cual puede darse a nivel de comportamiento y motriz, de manera crónica y progresiva, lo cual puede resultar muy frustrante para el dueño.

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Existen tratamientos para este problema, pero solo sirven para retrasar el avance de los síntomas ya que por los momentos la demencia senil en perros es una enfermedad sin tratamiento definitivo para su erradicación. Algunos de los síntomas que se pueden ver de manera frecuente son el ladrido excesivo, el comportamiento destructivo y el orinar o defecar en lugares en donde antes no se le hubiera ocurrido hacerlo.

La demencia senil afecta no solo la memoria sino también en la atención y la percepción. Es por ello que un animal con síntomas de demencia senil debe ser tratado de una manera cariñosa y con el doble de atención con la cual se le trataba antes, con el fin de mejorar sus capacidades cognitivas. Ambientes que le generen estrés también son un factor negativo que puede hacer progresar a esta enfermedad.

La demencia senil puede tener diferentes niveles, siendo los peores niveles los cuales generan trastornos importantes en su comportamiento ya que durante estas etapas se genera el envejecimiento de las capacidades cognitivas de perro, subiendo así los niveles de estrés del perro, lo cual a la larga genera episodios importantes de ansiedad.

La ansiedad se produce debido a la incomodidad del perro a la hora de adaptarse de nuevo al entorno en el cual toda su vida ha estado viviendo, es por ello que se siente poco cuidado o confiado en su entorno, lo cual le genera a su vez un constante estado de alerta el cual interfiere directamente con su comportamiento y desarrollo de actividades normales.

Pero no solo la ansiedad y el miedo a un entorno desconocido puede hacer que un perro se comporte de manera errática y enigmática para su dueño, sino que esto también puede deberse a problemas de memoria producidos por la propia demencia senil, aunque no se puede descartar que ambos problemas estén actuando a la vez en un perro anciano.

Otros síntomas de la desorientación en los perros seniles es la ansiedad por separación, en donde se sienten totalmente vulnerables si no encuentran a su amo en el espacio, lo cual hace que a su vez el perro comience a vocalizar o ladrar debido a la propia ansiedad de no encontrar a su dueño. También pueden presentarse problemas de desorientación total, los cuales son episodios en donde el perro anciano no sabrá por donde entró a un lugar y puede que tenga problemas para salir.

Los perros seniles también pueden sufrir episodios de depresión debido al “abandono” de sus amos y la entrada a su vida de los síntomas de la demencia senil. Durante este cuadro los dueños deben estar muy pendientes del animal para así evitar que la demencia senil en perros tenga efectos degenerativos acelerados en el animal. Para identificar la depresión senil en perros se debe observar el comportamiento del animal, el cual tendrá dificultades cognitivas varias.

La interrupción del sueño y el posterior ladrido o vocalización excesiva puede ser también un síntoma de la demencia senil en perros ancianos.