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¿Que son y para qué sirven las Feromonas?

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La palabra Feromona tiene su significado derivado del griego “pherein” que hace alusión a algo que transporta o que transfiere y del término “hormon” u hormona, que es algo que estimula o excita, hasta hace poco su existencia era casi un mito y no es sino a raíz de ciertas investigaciones que se ha podido determinar tanto su veracidad como su importancia, siendo incluso evaluada la posibilidad de reproducirlas artificialmente.

Son compuestos químicos naturales que se pueden encontrar en cualquier organismo, tanto humano como animal y que ayuda en la comunicación subconsciente, pues la mayoría de las veces respondemos al estímulo que causan principalmente a través del olfato, las que son captadas y procesadas por las glándulas del hipotálamo, el que envía la información al cerebro.

Esta decodificación de la información no siempre es la misma, pues las feromonas tienen una carga química diferente generando respuestas desiguales que se asocian a la calma, el sexo o la territorialidad principalmente, además sólo pueden ser captadas por otros organismos de la misma especie, por lo que se consideran como exclusivas.

Debido a que el sentido del olfato de los humanos no es tan desarrollado, estos compuestos llegan a nuestro cerebro de manera imperceptible y con menor porcentaje que en el caso de los perros u otros animales, los que al parecer modelan su comportamiento en gran parte debido a la información que reciben de estas sustancias.

Sin embargo, se ha podido determinar que este efecto no es permanente pues el organismo se encarga de volver a la normalidad los niveles de calma o de excitación que se hayan producido, con mayor o menor velocidad, pero siempre generando la reacción para revertirlo.

Hasta ahora se han reconocido varios tipos de feromonas, que en el caso de los perros pueden clasificarse al menos en tres categorías, la más popular es la de reproducción, que es expulsada por la hembra al momento del celo, bien sea a través de su orina, el toque de sus órganos con los objetos o el suelo y menormente en emanaciones corporales que son extendidas con la cola.

Esta hormona es captada por el macho, el que inmediatamente recibe la información y actúa en su cerebro causando la excitación y por lo tanto la necesidad de copulación, la que desaparece una vez que la hembra es fecundada, pero que puede alterarlos significativamente mientras dura el período.

Otra de las feromonas que se emiten es la de territorialidad la que frecuentemente se puede observar en el comportamiento de los perros al orinar y marcar su espacio, donde expulsan otro tipo de compuesto que da a ver que ese sitio u objeto ha sido apropiado lo que no siempre causa la misma respuesta pues el temperamento de los canes es diverso y algunos pueden aceptar esta demarcación con naturalidad pero otros, los que son más jerárquicos pueden asumirlo como motivo de enfrentamiento.

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Por otra parte, se encuentra la feromona conocida como la de apaciguamiento canino o DAP, que actúa generando un efecto tranquilizante, producida frecuentemente cuando la perra madre observa cierto estrés en sus cachorros la cual la expulsa para ayudarles en su proceso de adaptación.

Esta feromona ha sido analizada y reproducida consiguiendo crear productos que ayudan en el modelaje o el control temporal del comportamiento canino, encontrándose principalmente bajo el modelo de aspersores que expulsan e líquido fabricado con los mismos componentes químicos.

Este olor es captado por los perros los que pueden tranquilizarse casi inmediatamente, pero debe ser usado con precaución y preferiblemente por especialistas ya que puede modificar demasiado la conducta de su animal, sin embargo, se ha visto que ha tenido buenos resultados en diversas terapias.

Entre ellas destacan la posibilidad de calmar a los cachorros cuando son separados de su madre, ayudarlos en el proceso de socialización o disminuir considerablemente sus niveles de excitación antes de participar en sus rutinas de entrenamiento, igualmente han tenido efectos positivos en los casos de ansiedad o de angustia por separación.

En todo caso, la reproducción artificial de las feromonas y su uso en el mundo canino debe ser estrictamente controlada para evitar que se formen prácticas que desvirtúen el sentido y que preferiblemente se aboquen a solucionar problemas conductuales otorgándole mayor calidad de vida a las mascotas.