Tener a nuestra mascota embarazada puede ser tanto un momento estresante y preocupante, como una experiencia maravillosa a la espera de nuevos cachorritos que vendrán a nuestro hogar. Lo importante en esta situación es que lleves un buen control de la salud y el estado general de tu perrita en conjunto con un veterinario, para poder asesorarte en cuanto a cuidados especiales que va a requerir tu perra en esta etapa de gestación. Básicamente no se trata de cambiar nada, sino de ajustar y atender más necesidades específicas, sobre todo en lo que respecta a la salud, higiene y por supuesto, adecuar la alimentación.
El cuidar de una mascota embarazada implica una gran responsabilidad que requiere un compromiso por parte del dueño para que las atenciones especiales que requiere nuestra perrita sean cubiertas. Una de las primeras preguntas que seguramente surgirán cuando tengas a tu perra embarazada será ¿cómo alimentarla?
No es tan sencillo como simplemente aumentar las raciones de comida, solo por el hecho del embarazo, pero si se necesita una mejora alimenticia desde el punto de vista de sustratos nutricionales, esto con el fin de que los cachorros que están desarrollándose dentro de la perrita puedan formarse y crecer saludables. De modo que, cuando tu perra esté embarazada, el primer paso siempre será acudir al veterinario por los consejos apropiados.
Con respecto a la alimentación propiamente dicha, debes también tener en cuenta que las raciones de comida para la hembra embarazada se regulan en función del tamaño y la raza de la perra. Al comienzo del embarazo la cantidad de comida será la misma y la perra mantendrá sus actividades físicas normales, aunque siempre es recomendable que el dueño vigile de cerca la aparición de cualquier síntoma, ya que durante el embarazo, la perra puede tener igualmente malestar, náuseas y vómitos.
Si alguno de esto se presenta, el primer consejo es reducir las raciones de alimento en cantidad por plato, es decir, dar porciones de comida más pequeñas, y más veces al día, para no dejar de cubrir la ingesta de lo que necesita. Si el malestar es recurrente, lo sensato es acudir al médico.
Conforme progresa el embarazo, aproximadamente alrededor de la quinta semana de gestación, se acelera el crecimiento de los cachorros, lo cual hace que se aumenten las necesidades calóricas, es decir, la ingesta de alimentos debe ser mayor para poder nutrir a los cachorros en gestación. Una regla práctica para recordar es saber que la perra que espera a cuatro cachorritos necesita aumentar su ración de alimento 5% cada semana desde este punto del embarazo. Así, para la novena semana de gestación, la cantidad de alimento que se le va a ofrecer a la perra será entre una cuarta y una media adicional a lo que ya se le ofrecía.
Las necesidades nutricionales en esta etapa del embarazo requieren una comida principalmente a base de proteínas principalmente, y que debe mantenerse posterior al embarazo y hasta el destete de los cachorros.
Cuando se acerca el día de dar a luz, los cachorros grandes y formados en el vientre materno comprimen los órganos internos de la perra haciendo que esta pierda el apetito. En este punto es recomendable ofrecer pequeñas raciones de alimento varias veces al día. Aunado a ello, asegúrate de ofrecerle la cantidad suficiente de agua para que se mantenga siempre hidratada.
El alimentar a una perra embarazada exageradamente o no controlar sus comidas puede desarrollar problemas como sobrepeso y obesidad en la hembra gestante que son totalmente desaconsejables además de perjudiciales para el embarazo y los cachorros, y que también pueden complicar el parto. Recuerda que lo importante es mantenerla bien alimentada, en buen peso y vigilante ante cualquier síntoma de alarma o inesperado que suceda, siempre de la mano del acompañamiento médico-veterinario.