Las mascotas junto a los niños son las más consentidas de la casa. Al igual que nuestros hijos, nuestras mascotas pueden hacernos pasar momentos realmente agradables en los cuales nos sentiremos muy orgullosos de haberla o haberlas criado y mantener una relación tan estrecha con ellas, pero aun así existen familias que deciden no tener mascotas mientras el niño del hogar crece, lo cual puede ser un error, ya que los niños pueden beneficiarse mucho de la interacción con los perros de manera frecuente.
Beneficios de los perros en los niños
Los perros mejoran mucho la calidad de vida en los adultos y niños, principalmente aumentando la felicidad general del hogar, haciendo que las personas vivan más y sean más saludables, teniendo una mascota también podrás ejercitarte más ya que tendrás que salir a pasearla, lo cual también te dará la oportunidad de socializar y recrearte.
Si eres una persona con trastornos depresivos frecuentes o que sufre de estrés debido a su oficio una mascota hará que parte de esas cargas sean más livianas, ya que al verla sentirás felicidad, esperanza y sentimiento de responsabilidad de manera instantánea.
Sin embargo, en este artículo nos queremos enfocar en los beneficios puntuales de las mascotas en los niños, ya que durante esta etapa algunos beneficios se ven multiplicados, permitiendo que el niño incluso sea una persona más abierta y feliz en su adultez.
Los principales beneficios de los perros en los niños son que estos peludos actúan como “pegamento” en la familia, haciendo que socialicen más entre ellos, haciendo que el niño desarrolle un buen sentido de pertenencia a su grupo familiar. Por ejemplo, si el padre o madre no puede atender a su mascota el niño tendrá que ocuparse de ella previa instrucción de sus padres, fomentando también el sentido de la responsabilidad.
A los niños con dificultad para expresarse, como puede ocurrir con los niños con problemas de autoestima o extrema timidez les servirá un perro en casa para comenzar a socializar mejor ya que el perro no juzga ni puede lastimarlo emocionalmente, siempre está ahí dispuesto a jugar y a pasar tiempo con él, lo cual el niño de inmediato nota y esto lo invita a conversar y socializar.
De hecho, existen terapias de lenguaje y socialización en hospitales infantiles que incluyen el someter al niño a la interacción directa con perros entrenados para este fin.
Una persona responsable
Sin duda uno de los sentidos que más desarrollará un niño que trata con una mascota regularmente es el de la responsabilidad, no porque tenga que atenderlo completamente a diario, sino porque los padres pueden planear un calendario semanal de cuidados que el niño le dará a sus mascotas, adaptado a la edad del niño y a responsabilidades que pueda cumplir fácilmente, recordando que nunca debes adoptar a una mascota para que un niño la cuide por completo, ya que sería lo mismo que adoptar a un bebé para encargárselo a un niño de 5 años.
Tomando en consideración el ejemplo anterior tenemos que el niño no podría encargarse del nuevo bebé de la familia por sí solo, pero si podría colaborar con sus padres acomodando su ropita y metiéndola en el bolso de viaje, trayéndole el biberón y hasta quizás cambiando los pañales de este. Justo esto es lo que debería hacer un niño con su mascota, ser un apoyo en su cuidado para ir fomentando ese sentido de la responsabilidad que necesitará tener desarrollando si comenzará a estudiar pronto o ya está estudiando.
Un niño puede cambiarle el agua, limpiar las cacas, rellenarle el plato de las croquetas (previa instrucción de sus padres en cuanto a cantidad) y ayudar a cepillar a su perro mientras sus padres vigilan. A medida que vayan creciendo sabrán que deben adoptar ciertas responsabilidades en el hogar, haciéndolos finalmente unas personas correctas, responsables y diligentes en la adolescencia y adultez.
Una personalidad extrovertida
Las personas que han crecido con perros tienen la dicha de también haber entrenado su personalidad y facilidad de palabra, esto ocurre por lo que veníamos explicando, a los niños se les hace más fácil comunicarse con un perro que con una persona, ya que sienten que el perro les presta toda su atención y los toman en serio, algo que muchos adultos no hacen, por lo que al interactuar con su mascota se va desarrollando su sentido de sociabilidad, haciéndoseles más sencilla la interacción con las personas