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Akbash

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Akbash: Tu nueva mascota

Conoce el Akbash, un canino de gran tamaño que se ha mantenido trabajando en el pastoreo por muchos siglos, pero que por su belleza ha llegado a pasar parte de los hogares humanos.

Aunque mayormente ha estado en las granjas cuidando rebaños el Akbash ha sido reconocido como una raza particular y hoy en día lo observamos como mascota, como guardián, como rescatista y asistente, es amable, reservado, controlado y muy inteligente, además de tener una capacidad admirable en la toma de decisiones.

Proveniente de Turquía, fue desarrollado hace aproximadamente 10.000 años, aunque en realidad los fósiles descubiertos no lo avalan como raza específica sino en una data que parte hace 3.000 atrás, siendo una combinación entre perros molosos y lebreles, en los que los pastores buscaron encontrar un ejemplar que se adaptara a las inclemencias del clima y pudiera guardar el ganado sin problemas ni muchas atenciones.

Entre estos cruces hay un aspecto que llama la atención, los pastores seleccionaban sólo perros de color blanco para hacer los cruces, dando como resultado canes de ese único color, uno de los motivos que se cree pudieron tener para realizar tal selección fue el de crear un guardián que se confundiera con el rebaño pero que se distinguiera claramente de los depredadores que acechaban como lo eran los coyotes y los osos.

Sin duda tuvieron éxito en su propósito, ya que los Akbash además de heredar el tono deseado, son muy hábiles en el campo, mantienen una correcta actitud frente al ganado mostrándose confiables y a su vez cambian su comportamiento cuando sospechan de la llegada de un intruso advirtiéndoles que no se acerquen, pues protegerá sin temor a su manada.

Los ejemplares Akbash son poderosos, grandes, resistentes, enérgicos, tienen un olfato muy desarrollado y una agudeza en sus instintos que los hace ser suspicaces, vigilantes siempre de su entorno, tienen un aspecto deportivo llegando a medir de 60cm a 75cm de altura desde el piso a la cruz y pesando aproximadamente entre 40g a 60kg, obviamente estos valores cambian dependiendo del estilo de vida del can.

Su pelaje presenta una variación en su tipología haciendo que se tengan ejemplares Akbash de pelo corto y otros ejemplares de pelo largo, pero en ambas versiones se resalta el tono blanco de su manto o en raras ocasiones se puede encontrar alguna camada con perros con una pigmentación un poco más oscura, haciéndolos ver como del color de una galleta de vainilla.

Generalmente son animales bastante sanos, que presentan pocas enfermedades hereditarias, aunque cuando llegan a la vejez puede que no tengan la misma fortaleza física o habilidades que en su juventud por el desgaste que tuvo en toda su vida, ya que estos animales se dedican a cumplir a cabalidad con sus funciones.

Asimismo a este animalito de gran tamaño le podemos ver jugando a la perfección con los niños y con su familia humana, tienen una muy buena cantidad de energía y mucho aplome en su caminar y su trote, lo que los hace ser seguros y elegantes, además su constitución física es realmente llamativa.

En este sentido se puede resaltar que los Akbash adoptados como mascotas en los hogares han transferido su instinto de proteger al rebaño al de proteger a su familia humana, especialmente a los niños, lo que lo convierte en un excelente animal de guardia, pero esta característica también lo hace ser un poco aprensivo con los extraños considerándolos a todos como una posible amenaza, cualidad que puede ser educada en su etapa de entrenamiento para que sea más abierto y permisivo.

Con una particularidad especial, los Akbash poseen la habilidad de la toma de decisiones por su cuenta sin necesidad de la orientación de un humano cerca, siendo esto genial en el campo ya que si se ha entrenado puede ayudar a mover el rebaño casi por sí mismo, pero en el hogar necesita de atención y dedicación para que aprenda que no puede hacer lo que quiere y debe respetar las normas.

Tener un Akbash en el hogar definitivamente es una correcta decisión, son hermosos físicamente y tienen un temperamento bastante manejable especialmente con adiestramiento, por su parte si  desea buscar a algún ejemplar que cuide de su ganado ya encontró al ideal para ello.

Historia y Origen

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Según algunos datos revelados por científicos e historiadores se ha determinado que los perros pudieron llegar a formarse como raza propia aproximadamente en la época del mesozoico de la que se han encontrado fósiles que demuestran el cambio en la evolución de algunos animales.

En esta época los cavernícolas empezaron a hacer agrupaciones por conveniencia para ayudarse mutuamente en su preservación, encontrándose en su camino con los lobos los que eran mucho más agresivos de los que se conocen hoy en día, sin embargo algunos ejemplares de esta especie, lograron unirse a estos grupos de hombres ya que observaron que recibían un beneficio mutuo, el hombre le daba comida siempre que le ayudara con el trabajo o con la protección de su familia.

En ese entonces no eran la mascota de la familia como se encuentran hoy en día, pero si eran un miembro más de la tribu que debía hacer su trabajo para seguir siéndolo, pero ello trajo también que ese animal se rodeara de los hombres diariamente y empezara una especie de socialización, además de traer consigo un cambio en sus hábitos alimenticios, lo que hizo que poco a poco su constitución física y su psicología cambiara a tal punto que ya no se le podía considerar un lobo y es cuando se forman los canis familiares, es decir, los perros.

Además de esto, los cavernícolas tenían otro hábito que influyó seriamente en la formación de las razas y fue su estilo nómada, claramente ellos necesitaban encontrar nuevos lugares donde sobrevivir y se movían a otras zonas en busca de mejores temperaturas, más comida, mejores terrenos, en fin, mejores condiciones, llevando consigo a sus animales, los que una vez implantados se apareaban con otros formando otras razas.

De esta manera se fundaron lo que hoy en día se reconocen como los grupos principales en la base de ancestros de los canes, entre ellos está el que se ubicaba en el Tíbet llamado Grupo Mastín; otro que se encontraba en Asia y migró a un espacio en África denominado grupo Dingo; en Asia también habían otros que tenían otros rasgos diferentes al Dingo y los denominaron Grupo Galgo y por último un grupo que fue el más exportado  conocido como el Grupo del Norte.

Este último grupo convivió con civilizaciones fuertes que en algún momento comenzaron a viajar para conquistar nuevas tierras, como el caso de los Vikingos, quienes llevaban a bordo a sus mejores ejemplares para obtener su ayuda, los que fueron a su vez dejando su sepa en toda Europa.

En esta etapa se generaron muchas razas que se convertirían en los ancestros de las nuevas, como sucede con el Akbash, del que se haya rastros de su existencia como especie constituida desde hace 3000 años atrás, sin embargo hay muchos otras evidencias arqueológicas que datan su linaje hacia los 10.000 años ubicándola como un linaje bastante antiguo.

Estos animales fueron desarrollados en una sociedad que hoy se conoce como Turquía, en la cual los pastores idearon un perro que pudiera ayudarles en su tarea y a su vez fuera fuerte, resistente y pudiera diferenciarse de los depredadores que acechaban a su rebaño, para ello se cree que usaron una combinación entre molosos y lebreles, por sus características físicas mezcladas, escogiendo exclusivamente a los de color blanco, probablemente el Kuvasz o el Komondor.

De hecho Akbash es una derivación del término turco “Akbas” que se puede traducir como “cabeza blanca”, aludiendo a la importancia de que estos animales tuvieran ese tono en su manto.

Sin embargo, en algunas zonas de América y de Europa, durante algún tiempo se le denominó como Perro Pastor de Anatolia, haciendo alusión a los ejemplares de tres razas que se confundían como la misma, que son el “Kangal”, el “Kars” y por supuesto el Akbash, logrando dar a conocer sus diferencias en un simposio en el año 1996 dado en la Universidad de Konya, promoviéndolos como los mejores perros de Turquía protectores de ganado.

A partir de aquí el Akbash es reconocido internacionalmente como una raza separada, aunque en su país su uso y distinción era claramente definido desde hace mucho tiempo más, formándose asociaciones dedicadas a su reproducción y protección, especialmente en Estados Unidos donde se ha adoptado a la especie por su excelente capacidad cuidando los rebaños y ahuyentando a los coyotes.

Hoy en día el Akbash es muy aplaudido por sus habilidades, entrando en los mejores Perros de Protección Pecuaria, (Guardianes Flock) o también llamados Perros Guardianes de Ganado (LGD), sin embargo, su capacidad para socializarse y su temperamento sereno lo ha catapultado a ser parte de la familia humana siendo adoptado por muchos como su mascota, los que luego de ser debidamente entrenados han podido convivir de buena manera sirviéndoles también como vigilantes de la seguridad del hogar y de sus individuos.

Características de la raza

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Sin duda alguna el Akbash es un perro que puede llegar a ofrecer una serie de habilidades físicas que se pueden acompañar con otras psicológicas o sentimentales que lo muestran como un animal encantador, aunque su educación por muchos siglos como protector y guía lo puede afectar en ocasiones haciendo de él todo un cabezota.

Como Protector del ganado es ideal ya que sabe cómo comportarse con su rebaño, tomando una actitud poco amenazadora y confiable así como de mando, y a su vez se puede tornar amenazante y agresivo si se acerca algún depredador que ponga en riesgo a su manada.

Su temperamento es de lo más amigable con su familia humana, es muy inteligente y controlado lo que lo hace poder tomar decisiones por su cuenta sin la necesidad de un humano que lo oriente, característica que llega a ser un tanto difícil de tratar especialmente cuando aún no se ha entrenado o en su etapa de adiestramiento.

Por su parte ese instinto protector lo hará cuidar de su familia adoptiva y especialmente de los niños como si lo hiciera con su rebaño, lo que se reconoce como justificativo del porque muchas familias han decidido incluirlo dentro del hogar.

Además de ello, entre sus múltiples llamativos se encuentra su aspecto, el que sin duda alguna tiene cierto porte de elegancia y fortaleza, toda su musculatura, su tamaño, y manto dan indicativo de ser un animal poderoso pero a su vez su color, su expresión y su manto lo suavizan generando un perro sumamente atractivo.

Estructura física

Son perros deportivos, compactos, atléticos, con gran resistencia, mostrándose en dos variantes dependiendo del clima, una de pelo corto y otra de pelo un poco más largo, llegan a medir entre 60cm a 75cm, y a pesar aproximadamente entre 40kg a 60kg lo cual puede variar dependiendo del género puesto que las hembras son un poco más pequeñas y de las actividades que realiza, llegando a vivir unos 9 a 12 años.

Su piel es muy delicada, cubierta naturalmente por un aceite natural y un manto doble, evitando que se contagie o afecte con irritaciones o dermatitis en general.

Su pelaje es variante, hay en la raza dos tipos aceptados, uno de pelo corto y duro y otro de pelo largo y ondulado, ambos tienen una doble capa con una lanilla muy pequeña en su interior, su cobertura es homogénea y más tupida en la cola.

Este tipo de pelo se adaptó a sus trabajos y a las inclemencias del clima que tenía que tolerar, por lo que puede evitar que se ensucie ya que su manto se resiste a guardar elementos del campo además de cubrirlo contra el frío, ninguna de las dos variantes se enreda ni desarrolla mal olor.

Su color es blanco debido a la segmentación que se le hizo en su desarrollo, aunque hay ejemplares con un tono beige claro como color galleta que también son aceptados.

La cabeza del Akbish es maciza y mediana, con tendencia a poseer una forma en V o triangular por la pronunciación del stop,  su cráneo es más ancho que la forma de su cara y de su hocico.

Sus ojos son oblicuos, con una pequeña caída del parpado en el extremo dándole un aspecto dulce, generalmente son del color marrón oscuro,  castaño claro o miel.

Las orejas del Akbash son de inserción alta, separadas por el cráneo, suaves, relativamente largas y caen naturalmente hasta la altura de la trufa, otorgándole rasgos de proporción.

Su trufa es negra y medianamente grande, posee una pigmentación oscura alrededor de ella, así como la tiene alrededor de sus ojos y en la boca.

Su boca es recta y grande con una ligera curva hacia arriba en los extremos, es de labios finos aunque carnosos y con un tono bastante oscuro.

Su mandíbula es muy fuerte y sus dientes están bien arraigados mostrando mordida de tijera.

El cuello del Akbash es musculoso, largo y macizo, encajando perfectamente con sus hombros, en ambas versiones tiene más cantidad de pelaje en esa zona.

Su cuerpo es grande, con un muy leve arco en su espalda que lo ayuda a desarrollar velocidad cuando corre, su pecho es profundo y bien definido.

La cola del Akbash es muy llamativa, de inserción baja, larga y muy cubierta de pelo como si tuviera una especie de plumas, da la sensación de ser un largo y suave plumero, generalmente la lleva con una curva hacia arriba.

Sus patas delanteras son largas, aplomadas, con huesos resistentes y rectos, sus codos no se salen de la línea ni se pegan al cuerpo, estos miembros se conectan discretamente con los hombros y pecho.

Por su parte las patas traseras del Akbash son un poco más largas que las delanteras, dando la sensación de estar listo para la actividad física y de energía, son revestidas de músculo en su parte superior, a veces las coloca un poco hacia atrás cuando está de pie en posición de alerta.

Comportamiento con otros perros

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Los Akbash fueron desarrollados en el campo, con la intención de proteger a otros animales más indefensos, cuidando y guiando a las ovejas principalmente y ahuyentando a los osos, coyotes u otros depredadores, sin embargo a veces la manada era muy grande y los dueños veían la necesidad de incorporar más ejemplares en esta función.

Esto hizo que en su temperamento quedara fijada la habilidad para convivir con otros animales (especialmente perros) siempre y cuando lo haga desde su nacimiento, pues se acostumbra a tener a ese miembro a su lado considerándolo como seguro, así como también hizo que sospeche de otros extraños o que no haya conocido antes puesto que los ve como una potencial amenaza.

Asimismo, muestra una actitud diferente hacia los animales (generalmente ovejas) que suelen ser su manada a proteger, dándose a ver como gentiles, sumisos y amigables, tanto que ha llegado a evitar que se reproduzcan.

Independientemente de si ahora es adoptado para vivir como mascota, parte de su estructura mental viene forjada en función a la de sus antepasados, por lo que son suspicaces no solamente con la presencia de otros animales o individuos sino también con los cambios inusuales en su entorno, poniéndolos en guardia.

En todo caso la socialización temprana es la clave ideal para ayudarlo a controlar (si es que esto es lo que se desea) este temperamento desconfiado, ya que en el Akbash esta actitud responde a la evaluación de si un elemento es seguro o no y no a una predisposición específica en contra de otros perros o de otras razas indistintamente de su tamaño.

Para ello se pueden tomar muchas estrategias, aunque siempre es indicado participar en un proceso de entrenamiento orientado por especialistas que lo ayuden a controlar este temperamento, por su parte puede también evitar separarlo muy pronto del pecho de su madre, ya que así tendrá que compartir más tiempo con sus hermanos reconociendo la cercanía de otros perros, igualmente puede llevarlo desde que es un cachorro a parques, calles o lugares con más cantidad de animales, todo en él está basado en su rutina y en su adecuación a los elementos de su ambiente.

Por otra parte hay un comportamiento generalizado en casi todos los animales y especialmente en casi todos los perros y es su instinto de defensa y preservación, si consideran que están siendo amenazados por otro, o si se sienten acorralados por no tener capacidad de defensa o de huida, este animal sin duda va a tener una respuesta alejada de su comportamiento normal, siendo algunos retraídos y otros agresivos como es el caso del Akbash.

El apareamiento del Akbash

Todos los perros, en todo el mundo y por todo el tiempo que han existido han tenido y tienen naturalmente el mismo estilo de apareamiento, un proceso de cortejo seguido del montaje, cópula y abotonamiento que responde a una incitación hormonal expedida por la hembra cuando se encuentra en celo, frecuentemente a través de su olor y de sus feromonas.

Igualmente todos los perros independientemente su raza, desconocen el significado de pudor o de fidelidad, incluso de enamoramiento, su comportamiento está basado en instintos nada más, que se exaltan haciendo que no diferencien si pertenecen a un linaje o no, lo que les importa es calmar la excitación.

En este sentido el cuidado de la perra Akbash irá más abocado al deseo de preservación de la raza o de si se quiere hacer el experimento de crear híbridos con otras castas  procurando mejorar los resultados, para lo cual se debe llevar un control y cuidados indicados por su veterinario, en todo caso es conveniente que como un ser responsable de su mascota tenga en mente algunos consejos.

El primero sería el de esperar al celo indicado por su especialista, los Akbash, así como otras razas, no nacen con todos sus órganos o estructura ósea y muscular desarrollada por lo que hay que esperar que pase un tiempo prudencial en su crecimiento y maduración, de lo contrario exponerla a una gestación sería arriesgar su salud y su vida así como el de la nueva camada.

En este sentido es conveniente aguardar a que pase el segundo celo, del cual podrá notar las señas en los rastros de sangre que dejará su cachorra, esto también implica extremar las medidas en su cuidado porque aunque usted no busque cruzarla con una pareja seleccionada los perros que olfateen su aroma si intentarán hacerlo.

Por su parte, es muy común visitar a su futuro esposo previamente para evaluar su estructura física y su salud, pero esto también debería (si es posible) extenderse a los padres del can, o por lo menos hacer una investigación en la que sepa qué tipo de enfermedades sufrieron, esto le hará tomar la decisión de si escogerlo o no, puesto que muchos de esos padecimientos son hereditarios.

Dieta y alimentación

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Uno de los hechos que más se comenta sobre tener a una mascota de este tamaño y actividad física es que demanda más comida, lo cual es cierto, pero no en cantidades desproporcionadas, simplemente el Akbash necesita la cuantía de nutrientes suficientes para soportar su demanda calórica la cual naturalmente es mayor que la que tienen otros perros de menor tamaño.

Por su parte, también es importante aclarar que los perros a diferencia de los humanos, no sienten la necesidad de variar sus alimentos, ni se aburren del mismo sabor, ni anhelan probar otros ingredientes, al contrario, la rutina para ellos es importante pues se sienten en un ambiente controlado, mientras más sepan de lo que los rodea mejor, así que no se preocupe en cambiar su dieta, siempre que ésta sea la adecuada para su peso, edad y salud todo estará bien.

Así pues, puede evaluar dos posibilidades básicas en la manutención de su Akbash, considerando que es posible que esta metodología sea para toda su vida, si proporcionarle alimentos preparados en casa cumpliendo con los requisitos que su dieta estipula o si suministrarle alimentos industrializados conocidos comúnmente como pienso para perros preferiblemente de tipo seco.

Esta última es la más recomendada en la alimentación de las mascotas ya que ofrece la posibilidad de administrar todos los componentes de la fórmula de manera homogénea, asegurando la absorción de cada uno por igual, asimismo le ofrece a su dueño mayor disponibilidad en su tiempo y mejor control en cuanto a las dosificaciones se refiere.

Es por ello que su participación en el mercado cada vez se vuelve más popular y se generan más marcas con más diversificación en los productos, si tiene dudas acerca de cuál escoger puede revisar que en el listado de ingredientes impreso en el paquete se indique que contiene:

  • Un 25 por ciento o más de proteínas.
  • Estas deben provenir de animales y vegetales, preferiblemente que las contenga a ambas.
  • Un porcentaje que contenga hígado, pescado, alfalfa y semillas de soja.
  • Vitaminas, complejo B y la tipo A y D.
  • Poca cantidad de cereales y una mínima porción de carbohidrato, pequeña pero existente.

A algunos dueños de Akbash les agrada incluir en su dieta la administración de suplementos o vitaminas por separado, pero muchas veces no es necesario, por lo que es aconsejable que asistan a una consulta con su veterinario y le soliciten que evalúe la necesidad o no de incorporar estos elementos, el que luego de un diagnóstico incluso podrá agregar o eliminar otros componentes a la dieta de su mascota.

En cuanto a la cantidad de comida que debe ingerir o a las horas que debe comer puede encontrar ayuda en el mismo folleto del paquete de pienso, el cual debe venir clasificado para el peso y edad de su Akbash, algunos incluso los diversifican por razas, en todo caso su especialista le hará las especificaciones en función a las necesidades propias de su mascota.

Otro aspecto a tener en cuenta en la manutención de su Akbash es el suministro de agua, la cual debe ser limpia y potable, cambiada al menos tres veces al día para garantizar su pureza, la cantidad que ingiera va a variar en función a los cambios del clima, a la edad y a condiciones particulares como por ejemplo el de la gestación que hace que la madre además de más hambre también tenga más sed.

Al respecto cabe aclarar que el estado de preñez de la perra no debe ser excusa para propiciar un aumento excesivo de peso, para evitar esto se debe llevar un control periódico con su veterinario el que evaluará el proceso e indicará cuales alimentos o vitaminas se deben incluir dependiendo del mes de gestación.

Por su parte los Akbash desarrollan una fuerte mandíbula la que requerirá además de manutención, necesidad en su cachorro de masticar, pudiendo ser aliviado con los huesos o productos de nylon o cuero prensado esterilizado para que lo muerdan cada vez que lo necesiten, estos además de fortalecer su dentadura le ayudan con su higiene dental.

Asimismo, en los primeros meses de su cachorro puede comprarle también un hueso de ganado para colaborar con el endurecimiento de su mandíbula pero debe tener en cuenta que hay que retirarlo a tiempo para evitar que desgaste sus dientes prematuramente.

En cuanto al uso de las golosinas se debe reconocer que no es del todo bueno eliminarlas por completo, puesto que estas le dan cierta satisfacción a su Akbash, pero deben ser usadas con moderación, en el entrenamiento como parte del refuerzo positivo y como recompensa.

La salud, correcto crecimiento y belleza de su Akbash vienen determinadas en un alto porcentaje por lo que ingiere, no se trata solo de mantenerlo vivo, se trata de darle calidad de vida.

Salud y cuidados necesarios

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Con el paso del tiempo se ha podido comprender que los perros son mucho más que los colaboradores en los trabajos o protectores del hogar, obteniendo con ello derechos que anteriormente no le eran reconocidos, como el de una vida digna y un trato respetuoso, el que a su vez incluye la posibilidad de ser atendidos en cuanto a su aseo y mantenimiento se refiere.

Es por ello que todos los miembros de un hogar deben comprender que adoptar a un Akbash implica adquirir también una serie de responsabilidades con él y con la sociedad puesto que su cuidado además de mantener su belleza garantiza su limpieza y por lo tanto su salud, evitando que se convierta en un agente multiplicador de parásitos o bacterias.

Los ejemplares de esta familia de perros han mostrado ser muy resistentes en parte debido a la manera como eran criados y seleccionados, lo que hace que sea muy fácil protegerlos requiriendo solo el mínimo de atenciones, que aunque pocas no deben ser inexistentes.

En cuanto al cuidado de su manto el Akbash necesita de al menos un cepillado tres veces a la semana, primero para ayudarlo a expulsar parte del pelo muerto de su capa y segundo porque si su mascota pasa mucho tiempo en el campo, patios o jardines, lo que es muy probable debido a la naturaleza de este can, es muy seguro que va a adquirir suciedad y restos de arbustos, semillas, grasa, entre otros, logrando con este proceso mantenerlo limpio por el mayor tiempo posible.

Antes de iniciar el cepillado es recomendable hacer una revisión con las manos, ya que el continuo contacto con el exterior puede acarrear que se contagie de pulgas, garrapatas u otros parásitos, los que debe eliminar de inmediato y aplicar los productos que hayan sido prescritos por su médico veterinario.

Una vez que culmine con la revisión puede proceder a cepillarlo, por el tamaño del perro y el tipo de manto que lo cubre, es conveniente usar un cepillo de cerdas gruesas y separadas que no terminen en punta pues puede rayar o lastimar la piel de su Akbash, para su comodidad puede tumbarlo de lado de manera de alcanzar todo su abdomen y espalda.

El cepillado dental puede hacerse frecuentemente, a pesar de que estos perros tienen mandíbulas y dientes grandes no están exentos de sufrir de sarro o de halitosis, por lo que puede aplicarle enjuagues, hilos y crema dental especial para perros, nunca use productos de humanos en ellos.

Por su parte los Akbash requieren de un baño periódico que puede hacerse con un tiempo espaciado entre seis a ocho semanas, variando en función a la cantidad de suciedad que su can pueda adquirir en los exteriores.

El hecho para justificar este tiempo de espera va basado en que ellos poseen una minúscula capa protectora o lanilla debajo de su manto la que a su vez colabora en la formación de una grasa o aceite interno que va pegado a su dermis, el cual lo cuida de sufrir infecciones o irritaciones, de no tener dicho aceite la piel del Akbash queda expuesta hasta que vuelva a formarse.

Debido a que no es una acción muy común en su vida, tiende a ser un poco estresante, en el que el Akbash se siente intimidado, por lo que no debe extenderse más allá del tiempo necesario para asegurar que haya quedado limpio.

En función a ello es recomendable bañarlo en el interior de la vivienda, preferiblemente en una tina con espacio apropiado para ser mojado por doquier, ya que en cualquier momento puede sacudirse y empaparlo a usted como a su entorno.

Hágalo rápido, con confianza, cariño y seguridad, una vez lo duche, séquelo primero con una toalla y luego con un secador, aunque han podido por muchos años soportar las inclemencias del clima, no es necesario causarle malos ratos que luego eviten que permita volver a ducharlo.

Aproveche este momento para revisar su nariz, ojos y la cavidad de sus oídos, las que por la protección que le dan sus orejas a veces acumula demasiada cera, puede limpiarlas con un poco de tela humedecida en aceite, jamás le aplique agua ni mucho menos jabón.

Por su parte, se ha reconocido que los Akbash gozan de buena salud, aunque algunos pueden sufrir de displasia de cadera, condición que puede ser detectada desde sus primeros meses de vida y minimizada para que en la vejez no sea tan dolorosa.

Sin embargo para favorecer  esta saludable condición es importante considerar llevar a cabo un completo proceso de vacunación o inmunización, en el cual se le suministrarán las dosis que evitarán que padezca de enfermedades en su mayoría virales, estas vacunas están previamente programadas y establecidas por los organismos de salud encargados en su país, los que cualquier veterinario certificado puede  corroborar.

Cómo entrenar, educar o adiestrar un perro Akbash

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El adoptar a un Akbash generalmente implica la necesidad de usarlo como perro de guardia por su excelencia en el desempeño de esa función, para lo cual es importante aplicarle un entrenamiento adecuado de manera de que a pesar de que sepa que tiene la capacidad de decidir cuando los humanos no estén, o cuidar de ellos mismos, también debe comprender que debe obedecer la voz de mando de sus dueños y aplicar correctamente su instinto protector.

Por muchos años dicho entrenamiento se ha realizado en las mismas granjas donde se usará el Akbash, por personas con experiencia en el cuidado y educación de esta raza, apoyados sin duda alguna en la naturaleza del can, el que durante todo ese tiempo ha sido el cuidador de rebaños y de familias humanas.

Sin embargo, hoy en día existen centros capacitados en educar a perros de este tamaño y para estas funciones específicas, los que luego de una evaluación psicológica le proponen las mejores estrategias para hacer de él un valioso recurso además de obediente.

En este sentido no es muy recomendable dedicarse a su adiestramiento como perro protector por su cuenta sin disponer de una asesoría especialista en el tema o sin una previa experiencia, puesto que el carácter y el tamaño del perro pueden salírsele de las manos y hacer de él un can desobediente o demasiado agresivo.

Por su parte, debido a lo lindo de su expresión, a su posibilidad de cuidar a la familia y a la relativa docilidad en su temperamento últimamente se le ha visto adoptado como perro de familia, el que con un entrenamiento adecuado se ha desempeñado muy bien con muy pocas incidencias.

Pero, esta función debe ser previamente entrenada definitivamente por un centro especial o por un instructor calificado, el que los instruirá a ambos en el trato, órdenes y condiciones a manejar en la educación de su mascota.

Asimismo, a pesar de haber inscrito a su Akbash en un instituto de entrenamiento o de contratar a algún profesional en el área, usted debe reforzar diaria y continuamente los conocimientos adquiridos para mantener la docilidad del perro y su adaptabilidad al medio cotidiano.

La primera fase de entrenamiento desde casa del Akbash comienza el día de su nacimiento, ya que estos animales necesitan aprender a sociabilizar desde muy temprano pues su carácter desconfiado hace que rechace en primera instancia a todo lo que no está previamente reconocido por él, por lo que la convivencia con sus hermanos hará que tenga que rozar su existencia constantemente con otros de su misma especie para empezar.

En este sentido, si usted lo ha concertado desde que se encuentra en proceso de gestación y puede permitirle el hecho de que sea alimentado y conviva los dos primeros meses con su madre, hágalo, esto le hará mucho bien físico y mental pues comprenderá desde cachorro la normalidad de la compañía de otros animales.

Como todo cachorro el Akbash en sus primeros meses será muy juguetón, por lo que un entrenamiento prematuro puede ser una pérdida de esfuerzo y de tiempo, pero pueden llegar a madurar un poco antes que otras razas más pequeñas o más familiares, lo que hace que pueda empezar a recibir órdenes desde casa incluso antes de comenzar con su educación formal.

Para comenzar por su cuenta puede enseñarle las condiciones de convivencia, que aprenda a usar su espacio para dormir, a usar su tasa para comer y para tomar agua, a no jugar con los objetos del hogar a no comer de las sobras de la mesa, todo a través de la repetición constante de un “no” seco y apartarlo de la acción prohibida una y otra vez, no hace falta golpearlo ni amenazarlo, solo mucha paciencia y congruencia por parte de todos los miembros de la familia.

Recuerde que los perros al igual que el Akbash no comprenden el lenguaje hablado de los humanos, respondiendo principalmente a la forma como se dicen los términos que a lo que significa cada uno, lo que hace que se deban seleccionar con cuidado las palabras que se asociarán a las acciones básicas que puedan aprender desde casa y a realizar cotidianamente, de manera que sean usadas por todos los miembros del hogar sin la aplicación de sinónimos, dichos términos no deben ser enseñados a los gritos ni con debilidad, sino con vos fuerte pero serena y seca, demostrando sobre todo respeto y liderazgo, no son sugerencias ni tampoco amenazas.

El hecho de que los Akbash también puedan aprender a reconocer sus emociones a través de la lectura de su lenguaje corporal le puede dar a usted una buena estrategia en la educación de su mascota, el que puede llegar a asociar que le puede causar felicidad a su amo si lo complace realizando alguna acción asociada a un término que ya ha escuchado.

El Akbash y su comportamaiento con los Humanos

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El Akbash ha sido una raza muy usada por bastante tiempo como guardián de ovejas, lo que hizo que desarrollara una actitud suspicaz y extremadamente protectora, de hecho aún sigue siendo muy buscado para realizar esta función aun y cuando hay muchas opciones mecánicas o electrónicas que pudieran sustituirlo, pero sus habilidades siguen manteniéndolo en la preferencia.

Sin embargo, aunque demuestren estas características y sentido protector con los rebaños, los Akbash han demostrado tener una excelente relación con los humanos hasta el punto de protegerlos como si fueran parte de su manada.

En este sentido, se puede destacar que los Akbash por haber trabajado para los humanos protegiendo sus rebaños y por haber sido entrenados y cuidados por ellos durante todo ese tiempo, también pudieron desarrollar la habilidad de leer en las expresiones de los hombres, buscando alguna manera para poder entendernos y comunicarnos.

Sin duda, la mayoría de los perros, con pocas excepciones, han buscado la forma de comprender a los humanos, en parte para entender cómo se desarrollará su propia vida, para tratar de llamar nuestra atención o muchos otros para hacernos felices, logrando capturar nuestras emociones y grabar en su memoria si alguno de sus gestos ha causado en nosotros una respuesta que luego pudiera servirle de ayuda.

Por lo que no hay que hacer un gran esfuerzo en no tratar de conversar con ellos como si pudieran entender nuestro lenguaje, eso solo los incomodará, así como ver televisión lo que para ellos no tiene sentido y tampoco es recomendable, no entenderán el idioma y muchas veces las expresiones exageradas que se transmiten tenderán a confundirlo, basta con ser naturales y permitirles crecer a nuestro lado en continuo contacto con nosotros.

En este sentido vale mencionar la clave para que un Akbash se comporte de buena manera en la familia es la sociabilización desde temprano, una vez su cachorro llegue a su hogar acostúmbrelo a pasar tiempo con su familia, a recibir caricias, a recibir visitas, a jugar con los niños y a cumplir las normas dadas en su entrenamiento.

Es importante también llevarlo a pasear todos los días al menos una hora, su nivel de energía es alto, y aunque no sea el más activo de todos si requiere de una buena dosis de ejercitación, además que lo ayudará a mantenerse sociable.

Otro rasgo en el temperamento de los Akbash es que son bastante decididos y pueden trabajar a solas, pues hacen cumplir las indicaciones del trabajo sin necesidad de que su amo esté allí constantemente, haciéndolo un trabajador muy eficiente.

El hecho de que pueden tomar decisiones propias sin las indicaciones humanas los hace ser muy independientes dando muestras también de mucha inteligencia y control emocional, pudiendo aprovecharse estos atributos a favor de la convivencia, pues aunque no tienden a sufrir de ansiedad por separación tampoco es conveniente dejarlos largo tiempo a solas, en los que tratará de encontrar algo que hacer, como cavar hoyos en el jardín buscando calor.

Son geniales con los niños, especialmente si sienten que tienen que cuidarlos, protegiéndolos como si fueran su propio rebaño, igualmente pueden reaccionar correctamente con los ancianos o si recibe algún entrenamiento especializado pueden también ser muy buenos para responder en casos de emergencia.

Sin embargo, es necesario vigilar constantemente la interacción entre el Akbash y los niños del hogar, puesto que las mascotas no siempre estarán del mismo humor y su manera de expresarlo es a través de gruñidos que pueden ser intimidantes, por su parte también es importante darle la orientación debida a los niños para que sepan que su perro es un ser vivo que siente y que puede molestarse con sus malos tratos o exigencias.

Quizás el Akbash en un principio pueda llegar a asustar un poco, por su tamaño y constitución física, pero en realidad son muy amigables con su familia adoptiva, son juguetones, guardianes, pacientes y reservados, siendo esta última cualidad exaltada con la llegada de extraños, a quienes a primera vista siempre encuentra a una potencial amenaza, por lo que requiere de adiestramiento para controlar este instinto y poder socializar manteniendo su carácter protector.

En el caso de que su perro sea adoptado con el puro propósito de ser una mascota del hogar, es imperativo que lo mantenga entretenido y le enseñe que hay horas específicas para todo, especialmente para los juegos, los que deben incluir alguna rutina didáctica y que demande inteligencia puesto que los Akbash están acostumbrados a tomar decisiones y relegar por completo esa facultad puede volverlos un poco irritados.

Estos animales son muy versátiles, a pesar de su gran tamaño, llegando a trabajar eficientemente en el cuidado de las ovejas como a ser una excelente mascota de compañía, pudiendo también colaborar en casos de emergencias, rescates o protección de los humanos.

Entorno ideal

akbash

Con el paso del tiempo, la evolución tecnológica y el uso de más y mejores técnicas de investigación se han podido establecer lineamientos que mejoran la calidad de vida de los humanos, reconociendo que sus colaboradores o acompañantes como son los perros también tienen el derecho de vivir dignamente, con la diferencia de que ellos no pueden proveerse estas atenciones por si solos, lo que hace que sus dueños entiendan que al obtener una mascota, adquiere con ello responsabilidades entre las que se cuenta la de proveerle un espacio seguro en el cual desenvolverse.

A pesar de esto muchas culturas aún no han logrado dar ese paso de dignificar a sus mascotas, tratándolos con condiciones degradantes, basándose en la resistencia que tienen algunas de las razas, pero esto no debe ser justificativo de un trato deshonroso, de mantener perros amarrados en un espacio confinado o de exponerlos a las inclemencias y cambios climáticos por hacerlos vivir a la intemperie sin ningún tipo de atención.

Este tipo de trato es el que hace que el perro forje un temperamento amenazador o agresivo, ya que su instinto de protección estará siempre de guardia y no logrará encontrar en los humanos un apoyo, obteniendo como resultado ejemplares descontrolados que terminan siendo confinados o abandonados.

Por otro lado también al definir como o cual será el entorno en el cual se desenvolverá el Akbash se debe estudiar en sus antepasados y la manera como se desplegaba o trabajaba en la antigüedad, ya que esto da una idea del temperamento y necesidades que el can tiene, así pues se puede adivinar que una mascota de este tipo requerirá de salidas al exterior y espacio para desenvolverse como mínimo.

En este sentido un de los principales y más notorios factores a considerar es su tamaño, ya que por tener esta contextura pueden no ser muy aptos para vivir en espacios muy pequeños, pues su volumen y tosquedad al caminar hará que se le dificulte ser sigiloso en un lugar reducido, sin embargo hay familias ubicadas en las ciudades en apartamentos que se han enamorado de la raza y han tenido buenos resultados.

Idealmente el Akbash puede vivir en una casa de campo o en una con amplios jardines en los que pueda sentirse libre y menos apretado, permitiéndole el libre paso sin la preocupación de que rompa algún mueble o parte de la decoración a su paso.

Una vez adoptado deberá decidir dónde ubicarlo, respondiendo al estilo de vida que tenga su familia, obviamente al vivir en un piso o apartamento requerirá una ubicación en los interiores de la vivienda, pero en el caso de tener espacio en los exteriores es importante que tome en cuenta ciertas condiciones.

Vivir en exteriores requiere de fortaleza física y mental y su Akbash está muy preparado para eso, pero también es necesario que se sienta atendido al igual que preservar su bienestar y su salud, para lo que es recomendable edificar una pequeña casita para su mascota, que esté elevada del piso para evitar que en época de lluvia se moje, cubierta con un techo y lo suficientemente amplia como para que su can pueda entrar y salir fácilmente, sin embargo deberá considerar que hacer cuando el clima sea demasiado inclemente.

Con una fase de entrenamiento en la que se le enseñe a dormir solo en ese espacio y sea entendida será suficiente, puede también modificar la puerta trasera de su casa para incorporar una abertura que le permita entrar y salir a libre demanda.

Si por el contrario su familia está acostumbrada a tenerlo dentro del hogar entonces también es recomendable que seleccione un rincón para él, de forma que se acostumbre a dormir o descansar en un solo sitio.

Independientemente de si lo ubica afuera o adentro, el Akbash va a necesitar de un colchón suave para ayudarle a prevenir problemas con la cadera, que además esté desinfectado con jabones especiales sin la inclusión de perfumes o aromatizantes.

Por su parte es una buena estrategia incluir dentro del hogar y alejado del comedor su espacio de alimentación, que contenga su tasa para comida y su tasa para el agua, que sean accesibles pero a su vez que el can tenga control de ello, además de un tapete absorbente que proteja de los rastros de comida o de líquido que ingiera.

En función a esto se puede notar que el Akbash no es un perro que demande muchas exigencias, a parte de las básicas que se le pueden dar a cualquiera, siendo uno de los pocos requerimientos el de mantener siempre su mismo espacio, ya que una vez que lo sienta suyo será muy difícil moverlo, sintiéndose en ocasiones ofendido, ya que la necesidad de rutina y de control de su entorno es un factor primordial en su bienestar.