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Aprendiendo a moldear la dominancia del Cane Corso

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Aprendiendo a moldear la dominancia del Cane Corso

El imponente Cane Corso o Mastín Italiano es un perro espléndido, imponente, deslumbrante e ideal en muchos aspectos, en términos de compañerismo, fuerza, resistencia, entrenamiento, sentido protector y guardián, es un excelente amigo para el hombre. Sin embargo, tal cual  como es de suponer con su imponente físico, el cane corso puede ser muy dominante con las personas, con otros animales o en cuanto a su territorio.

A pesar de ser un perro que desde su origen ha desempeñado trabajos importantes al lado del hombre, su entrenamiento no es tarea sencilla. El mastín italiano puede ser rudo, independiente, territorial, desconfiado y hasta agresivo con otros perros o con los extraños; todas estas conductas junto a su aspecto robusto y poderoso, llevan a sugerir que su adiestramiento sea ejecutado por personas con experiencia en el entrenamiento.

Es muy importante distinguir entre dominancia y problemas de comportamiento. El cane corso es dominante por naturaleza, pero esto no debe ser tomado como un aspecto negativo, al contrario, parte de esta dominancia lo convierten en un excelente perro protector y guardián.

La clave para manejar sus problemas de conflicto se basa en comenzar un proceso de socialización temprano, que permita la formación de lazos y vínculos para que entienda las relaciones con su entorno.

Para los perros, en especial el cane corso, es importante el primer contacto desde que son cachorros, cuando tienen la oportunidad de convivir con su madre y con los hermanos de la camada. Esta primera experiencia es fundamental para promover la socialización, y debe garantizarse  por lo menos durante las primeras 8 semanas de vida.

Seguidamente, una vez que el cachorro mastín es adoptado, debe tener la posibilidad de conocer e interactuar con otra clase de estímulos y ambientes, así es como se acostumbrará a vivir con diferentes personas, otras mascotas, y entenderá las diferencias de su entorno. Los mastín italianos pueden llegar a muy sociables, son animales inteligentes y compasivos, pero más reservados hacia la familia y el hogar.

El cane corso debe saber distinguir cuales conductas son permitidas y cuáles no. Para ello el dueño debe enseñarlo y modular sus reacciones. Las recompensas y la falta de las mismas deben estar presenten mientras les instruyes en los hábitos que deben cumplir, como dónde hacer sus necesidades, o sobre qué muebles puede descansar.

Nunca dejes que el cane corso asuma el papel de dueño de espacios, es decir, subirse en camas, sillones y sillas, solo sirve para aumentar su sentido de dominancia y liderazgo, tendrá problemas para distinguirte como su amo. Estos hábitos comienzan desde cachorro, aprovecha esta primera edad para corregirlo.

Establece sus horarios de comida para que el perro se acostumbre al orden y respete las jerarquías. En el caso de los perros dominantes, estas son señales que le ayudan a entender quien es su dueño o el jefe de la casa. En las manadas, los canes dominantes comen primero, por ello, deja que el cane corso observe que la familia come primero, y seguidamente se le sirve su ración, solo cuando hayan terminado. Esto crea respeto y jerarquía. Nunca le des de tu comida mientras estás en la mesa.

A la hora de pasear es muy importante que tengas en cuenta ciertas estrategias para evitar arranques, conductas inapropiadas y hasta peligrosas que son más frecuentes estando en público. Cuando lleves de paseo al cane corso, se tu quien lo guíe y dirija; a pesar de su fuerza y su peso debes llevar tu las riendas del camino, corregirlo cuando quiera desviarse, e ir al mismo paso a su lado y nunca detrás.

Debes ser muy paciente, el mastín italiano puede parecer rudo y difícil de entrenar, pero es un gran perro, con cualidades de fidelidad, protección seguridad, que con el adiestramiento adecuado será una mascota maravillosa que beneficiará a toda la familia.

Finalmente siempre se respetuoso y afectivo con el perro,  nunca lo castigues para corregirlo, ellos son sensibles y entienden tus cambios de humor, así que si estás molesto por una conducta inadecuada, el cane corso lo percibirá sin que haya necesidad de gritos. Se afectivo y amoroso, y recompénsalo cuando haga un buen trabajo.

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