Saltar al contenido
PerrosGatosOnline.com

Kuri

En Nueva Zelanda se han criado varias razas hasta el día de hoy, pero una de las más curiosas sin dudas es el Kuri, una raza hoy en día extinta, pero que siempre se recordará como un perro extraño, pero bastante bonito y singular para algunos.

El Kuri tiene una rica historia que contar, al menos mitológicamente, ya que los antiguos pobladores de Nueva Zelanda en la mitología maorí creyeron que esta raza se trataba de Irawaru, el cual Maui transformó en perro siendo este su cuñado, según esta explicación fue que se dieron origen los perros en la mitología maorí.

Los maoríes fueron los que se encargaron de ir introduciendo a la raza en Nueva Zelanda, producto de la constante migración que se vivía en ese momento, lo cual ocurrió durante el siglo IX y el siglo XIV.

Esta raza de perro era comida por los maoríes, su carne, según explican los expertos en historia, era bastante codiciada por los mismos, de igual manera esta era usada para elaborar abrigos a modo de mantos que se colocaban sobre la espalda y parte sobre el pecho. La piel del Kuri también era usada para adornar las chozas y algunos que otros objetos. Los dientes del Kuri eran también usados para adornar vasijas y ser usados en el lóbulo de las orejas a modo de pendientes.

kuri

El Kuri como característica física predominante tenía su “fealdad”, puesto que no era un perro de bonito aspecto como los que conocemos en la actualidad. Tenía un tamaño pequeño y las patas lo levantaban poco del suelo. Tenía un sentido del olfato bastante poco desarrollado, pero aprovechaba su excelente visión para cazar pajaros que dormían durante la noche. Los platillos preferidos del Kuri eran el kiwi y el kakapo, cuando había migración de patos este también aprovechaba para cazarlos debido a su excelente potencia de salto.

Muy pocas personas que este animal en realidad es un perro, al menos genéticamente, ya que era feo y su aspecto lo hacía parecer más a un zorro que a un perro.

La primera persona letrada en encontrarlo fue el viajero Jules Crozet, el cual lo avistó en Bay of Islands, durante el mes de junio de 1772. La descripción que escribió sobre este animal decía que “es un animal parecido al zorro, pero que puede ser domesticado y usado tanto como mascota como para alimento. A pesar de parecer un perro no pueden ladrar como los perros, sino que hace un sonido parecido a los de los zorros.”

Otro aventurero de la época llamado Frederick Hutton describió al kuri como un “animal de compañía, era perezoso y bastante tímido tanto con los extraños como con los que conocía poco, únicamente siendo afable con su amo directo.”

Para los maoríes los kuri eran muy importantes dentro de su cultura, de hecho, cuando comenzaba una guerra querían que su dios, llamado Tu, los acompañara en ella, podían sacrificar tanto a un humano como a un kuri, por lo que la vida del kuri era bastante preciada al ser comparada con la de un humano.

Los maoríes tenían diferentes dioses, siendo Maru otro, al cual también se le sacrificaban kuris para que los guerreros supuestamente fueran acompañados en batalla por él.

Su extinción se dio lugar después de que los colonizadores europeos llegaron al territorio del Cáucaso, el kuri se fue cruzando con razas autóctonas europeas y además era cazado por los colonos europeos para así salvaguardar la vida del ganado que habían traído para sustentarse.

Para finales del siglo XIX los kuris habían sido prácticamente exterminados en su totalidad. Los últimos ejemplares conocidos por el hombre fueron disecados y actualmente se encuentran siendo exhibidos en un museo en Nueva Zelanda, el Te Papa Tongarewa.

Kuri en maorí pasa a significarse “perro polinesio” y muy posiblemente llegó a la zona del caucaso mientras era transportado por los primeros maoríes que llegaron a Nueva Zelanda hacía el siglo XII a el XIV.

Los maoríes eran amables con los visitantes, tanto así que le daban a probar la carne del kuri a los visitantes, los cuales comparaban el sabor de esta carne con el sabor del “cordero asado”.