Tal cual como se lee, nuestros perros también sufren de artritis. La artritis es una enfermedad grave, se conoce como degenerativa por el tipo de afección que produce sobre los tejidos, y su patología consiste en la inflamación de la membrana sinovial que está presente en las articulaciones de los perros.
Esta inflamación casi siempre es ocasionada por una respuesta inmunológica inadecuada del sistema inmune del cuerpo del perro que ataca a los propios tejidos de las articulaciones, lo cual se traduce en inflamación, hinchazón, enrojecimiento, calor y limitación de la funcionalidad de las articulaciones de los canes afectados. Lo más probable es que la artritis canina, sea una patología que observes en perros de edad avanzada, aunque en ocasiones también llega a afectar a los perros jóvenes, ya que puede tener un fuerte componente hereditario.
Las causas de artritis canina son diversas; ya que la respuesta inmune anómala puede ser desencadenada por factores genéticos, hereditarios, o inclusive, infecciones virales que lleven al desarrollo de la artritis. Con frecuencia, otras enfermedades pueden estar asociadas al cuadro de artritis, como trastornos de piel, gastrointestinales y oculares, además, afección sobre las articulaciones es generalizada, es decir, afecta al mismo tiempo varias articulaciones.
La artritis canina, muchas veces se confunde con otra enfermedad de nombre bastante parecido, y que también compromete la funcionalidad y ataca a las articulaciones, esta es la llamada artrosis canina. Sin embargo, aunque sus nombres son parecidos, la artrosis tiene una patogenia distinta. Cuando hablamos de artrosis canina, la afección consiste en una degeneración del cartílago articular que recubre las superficies de las articulaciones en los huesos y que cumple con la función de acoplamiento de las articulaciones y disminución de los roces entre las superficies, ligamentos y músculos.
La artrosis es causada por factores mecánicos o físicos que afectan a la articulación directamente; estos pueden ser golpes y traumatismos, infecciones locales en la articulación secundarias a colecciones hemáticas intraarticulares (hemartrosis), desgaste de los cartílagos debido al peso cuando hay obesidad, al ejercicio intenso y también por causa del envejecimiento.
La artrosis canina usualmente compromete una articulación de tipo grande, como la cadera o la rodilla, menos frecuente el hombro. Si tu can la padece, comenzarás a percibir algunos síntomas como movimientos reducidos en la articulación afectada y presencia de dolor y quejidos al mover la articulación, puede haber cierto grado de deformidad y atrofia, aunque estos signos son más característicos de la artritis. En la artritis canina se puede observar con frecuencia una deformidad marcada de las articulaciones afectadas y por ende, comprometimiento de su movilidad y funcionalidad, en ocasiones puede cursar con fiebre.
Tu perro lucirá triste, decaído y con limitación para su movilidad, debido al dolor y al malestar que le genera el movimiento. Es importante que identifiques estos cambios a tiempo, así como cualquier síntoma de alarma para que tu perro pueda ser tratado a tiempo y mejore su calidad de vida y funcionalidad.
El veterinario es el profesional adecuado y capacitado para diagnosticar y tratar tanto la artritis como la artrosis en tu perro, así que no pierdas tiempo y acude ante cualquier sospecha. Por lo general, el tratamiento incluye analgésicos y antiinflamatorios, tanto locales como sistémicos, así como ciertas modificaciones en la dieta que estimulen el consumo de nutrientes para la regeneración de los cartílagos.
Igualmente, es necesario tratar la obesidad en caso de que esté presente, así como cualquier otro factor de riesgo o desencadenante para estas patologías. En algunos casos, debido a la gravedad del cuadro y al comprometimiento funcional severo que pueden ocasionar para la funcionalidad de tu can, es posible que tu perro requiera de una cirugía para reemplazo de la articulación afectada.