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Atopia canina

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La atopia canina o la dermatitis atópica es un trastorno de la piel del perro el cual produce tanto hipersensibilidad como inflamación de la misma debido a que se desencadena en el organismo del perro una respuesta alérgica ante determinadas partículas, líquidos o alimentos que ha ingerido el animal. Los perros con dermatitis atópica normalmente se rascan mucho tratando de aliviar el principal síntoma de la dermatitis atópica que es el escozor excesivo.

La dermatitis atópica es una enfermedad alérgica que aparece normalmente en cachorros y perros menores a los 2 años, aunque también se puede presentar en perros adultos. No se puede establecer una causa fija para cada caso de dermatitis atópica, lo que sí se sabe que es que puede aparecer debido a factores genéticos.

A continuación, te mencionaremos algunos factores que pueden llegar a desarrollar la dermatitis atópica en tu perro y algunos tratamientos, desde los naturales hasta los clínicos.

Factores de riesgo para la dermatitis atópica

Existe una predisposición genética que afecta a algunos perros y los hace especialmente vulnerables a la dermatitis atópica, pero esta predisposición no representa ningún riesgo sin la presencia de los factores que realmente producen la alergia, los cuales son los siguientes:

  • Polvo
  • Caspa
  • Plumas
  • Lana
  • Garrapatas
  • Pulgas
  • Químicos de limpieza.
  • Hongos del ambiente.
  • Polen
  • Fertilizantes

Es importante recordar que, aunque un perro no sea especialmente sensible a las alergias, si se mantiene en contacto con algunos de estos compuesto o situaciones muy probablemente desarrolle una alergia atópica, aunque quizás no al primer contacto o a la primera picada. Algunas razas se encuentran predispuestas genéticamente a la atopia canina como son el bóxer, el shar pei, el dálmata, el labrador retriever y el west Highland White terrier.

Síntomas de la atopia canina

La atopía canina, para los perros que tienen una gran predisposición a la enfermedad, se produce entre los 3 y los 6 meses de edad, pero los síntomas atacan con fuerza a partir de los 12 meses, produciendo una serie de comportamientos y síntomas entre los cuales se encuentran:

  • Persistente mordisqueo de la piel.
  • Lamido excesivo del cuerpo.
  • Rascado excesivo del cuerpo con las patas.
  • Ojos lagrimeantes.
  • Piel más clara en las zonas que le pican.
  • Heridas, raspones y cortes en la piel.
  • Cicatrices en la piel.
  • Pérdida de pelo.
  • Inflamación de las orejas.
  • Después de mucho tiempo se puede apreciar una piel oscura y engrosada.

¿Cómo se diagnostica esta enfermedad?

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La dermatitis atópica es una enfermedad alérgica difícil de diagnosticar ya que presenta síntomas de diferentes enfermedades que tienen como síntoma una alergia generalizada en la piel, por lo que el veterinario antes de recetar un tratamiento para la piel primero puede solicitar exámenes de laboratorio para saber si se trata de otro problema más grave.

Para esta prueba se suele tomar una pequeña muestra de sangre del perro, pero este examen se realiza muy pocas veces debido a que no es tan efectivo como el examen intradérmico, el cual se realiza inyectando de manera subcutánea y en muy pequeña medida sustancias que podrían estar produciendo alergias en el perro, y si alguna de ellas reacciona a la alergia del perro se producirá una reacción alérgica compatible a la alergia que presenta el perro, en este caso se debería producir una reacción alérgica a la dermatitis atópica.

Tratamiento de la atopia canina

Los factores genéticos que hacen que un perro sea propenso a la dermatitis atópica no pueden ser cambiados, por lo que no existe una cura para la dermatitis atópica de manera definitiva, lo que sí se puede hacer es combatir los síntomas que la producen y disminuir los factores que hacen al perro propenso a padecerla.

El tratamiento de esta enfermedad varía mucho ya que puede ser sencillo como difícil debido a los problemas secundarios que puede padecer un perro con esta enfermedad alérgica (rasguños, roturas y raspones).

Existen cremas que recetará el veterinario para tratar las zonas en donde se presenta la alergia, en casos más graves pueden recetarse corticoides, muy efectivos para reducir la necesidad de rascado del perro, pero tienen resultados adversos al ser usados durante mucho tiempo, por lo que el veterinario deberá considerar mucho la aplicación de los mismos puesto que tendrían que ser usados de por vida.

La otra decisión es el cambio completo del entorno del perro, eliminando cualquier factor que pudiese afectarlo constantemente.