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Gato Siamés

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🐾 Gato Siamés: Tu nueva mascota

Una de las razas de gatos más antiguas conocidas es el gato siamés, éste es un felino refinado y atractivo, admirado por su belleza y encantadora personalidad. Actualmente forman parte de numerosos hogares, siendo una de las mascotas más queridas y apreciadas por el humano.

Otro nombre con el que se conoce a esta raza es “siamesa”. En este grupo de felinos, se distinguen a su vez dos variedades de gatos, el siamés tradicional, llamado también Thai, de menor tamaño y rasgos más redondeados, y el siamés moderno, este último apareció hacia el año 2000 y su estilo es más fino, alargado y oriental, exhibiendo unos rasgos más marcados y pronunciados que los del gato siamés tradicional.

Los felinos siamés provienen del antiguo reino donde se levantó Tailandia. Con el pasar de los años, estos gatos se hicieron populares por su atractivo y si diseño de colores, por lo que fueron expandiéndose por el mundo, hacia Europa y Norteamérica. Se dice que los gatos siamés son animales de la realeza ya que solían ser las mascotas exclusivas de los reyes del imperio Siam, debido a que se creía que eran puros, puesto que al nacer son de color blanco, un color que era considerado como sagrado en su tierra.

En nuestros días puedes encontrarte con gatos siamés en numerosos hogares en cualquier parte del mundo ya que se han convertido en animales domésticos muy populares que han llegado a casi todos los países del mundo. Por el color de su pelaje, canela en la mayoría de los ejemplares, se reconoce fácilmente el gato siamés ya que este tono contrasta con el pelaje oscuro alrededor de sus patas, orejas y cara, además sus llamativos ojos de color celeste y azul, lo hacen un gato hermoso y atractivo para el público, por lo que nunca falta la raza siamés en las exhibiciones felinas.

Desde sus orígenes en las lejanas tierras del reino de Siam, hoy en día Tailandia, al gato siamés se le consideraba puro y sagrado, de hecho, se pensaba que estos gatos podían recibir el espíritu de las personas que fallecían, razón por la que eran las mascotas preferidas de la familia real.

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El gato siamés es una mascota muy activa, a la cual le fascina jugar y hacer travesuras de vez en cuando. Sin embargo, es un gato cariñoso y sociable, que resulta ser buena compañía para todos los miembros del hogar, aunque en ocasiones puede ser celoso y demandante de atención; también es un gran maullador, le gusta hacerse sentir, y además puede emitir diferentes tipos de sonidos, particularmente en épocas de celo ya que el gato siamés alcanza tempranamente su madurez sexual. Los felinos de esta raza desarrollan gran actividad sexual y pueden tener camadas muy numerosas.

En el período de reproducción o celo, los gatos siamés se hacen sentir con fuertes maullidos y marcajes, por lo que es común que a estas mascotas se les esterilice a temprana edad, con lo que también se evita el riesgo de abandono de las camadas no deseas.

Las primeras generaciones de gatos siamés presentaban estrabismo frecuentemente, lo que se debía a los cruces entre gatos de la misma camada o con los progenitores, es una raza en la que se presenta con mayor incidencia este defecto que en otras. Actualmente, los criadores han ideado estrategias de reproducción que previenen la aparición del estrabismo y otros defectos.

Los siamés son gatos ancestrales, antiguos, estilizados y refinados, resultan atractivas mascotas para cualquier hogar. Con los cuidados básicos para cualquier felino doméstico será suficiente para hacer del gato siamés una mascota feliz.

🐾 Historia y Origen del Gato Siamés

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Los gatos siamés son originarios de una raza que tiene muchos años de haber aparecido, provienen del antiguo reino del Siam, tierra que hoy en día se conoce como Tailandia, aunque estos orígenes son imprecisos. Las historias cuentan que los gatos siamés eran ejemplares exclusivos de la realeza, gozaban de este privilegio debido a que se pensaba que tenían un carácter puro puesto que al nacer los gatitos siamés son de color blanco, el cual era considerado un color sagrado en el reino de Siam. El gato siamés aparece mencionado por primera vez en un manuscrito que data del año 1350 en el antiguo reino de Siam, hoy Tailandia.

En esas épocas de reyes, se pensaba que el gato siamés por su pureza, era capaz de recibir las almas, por ello cuando una persona de alto rango fallecida en el reino de Siam, un gato siamés se dejaba cerca de su cuerpo para que el felino “recibiese su espíritu”. Así el gato siamés se convertía en el guardián del difunto y le correspondía vivir en un templo rodeado de lujo y comodidades. También la familia de la persona fallecida se comprometía a pagar la manutención del gato durante toda su vida, ya que se creía que les traería buena suerte.

Sin embargo, estas solo son historias. Otras fuentes indican que el origen de la raza siamés se remonta al Antiguo Egipto hace más de 3000 años, esto se especula debido a la similitud que tienen los gatos siamés con la diosa egipcia Bast que tiene la forma de gato, aunque no hay pruebas de esta afirmación.

Por tanto, la teoría con mayor aceptación sobre el origen de la raza de gato siamés deriva de la antigua Siam, de donde esta raza toma su nombre de siamés o siamesa. Se cuentan muchas historias alrededor de esta raza felina. Una de ellas explica que en su tierra natal los gatos siamés tenían la misión de guardar un jarrón de piedras preciosas y que dicha tarea fue llevada a cabo con tanta diligencia que la cola les quedo enrollada en la punta por tanto rodear el jarrón con ella, así mismo los ojos quedaron estrábicos debido a la fuerza con la que miraban las joyas fijamente. Esta historia intentaba explicar las características de los siameses originales de Tailandia, de cuerpo robusto, con la cabeza redondeada, y con estrabismo en sus ojos y ángulos en la cola; características muy diferentes a los ejemplares siameses que se exhiben en la actualidad.

De hecho, en el antiguo reino de Siam, la cola en forma de gancho de los gatos siamés, la cual actualmente es considerada un defecto, en el palacio real se consideraba una virtud ya que las princesas tenían la costumbre de sostener sus anillos en la cola de estos gatos.

Estos gatos se comenzaron a dar a conocer cuando la familia real de Siam obsequió ejemplares de esta raza a los dignatarios visitantes. No fue sino hasta el siglo XIX cuando aparecieron en otros países. En el año 1880 llegaron los primeros ejemplares al Reino Unido donde fue presentado en una exhibición en el Crystal Palace de Londres, y llega a los Estados Unidos en 1890.

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Con el pasar de los años el número de gatos siameses fue en aumento en toda Europa, siendo esta raza reconocida oficialmente en Gran Bretaña en 1936. En las exhibiciones los gatos siamés presentados se aceptaban con el único color “seal point”, poco a poco fueron introduciéndose otros tonos, como el azul point, aun en contra de jueces que se negaban a reconocer estos tonos. El siguiente color en reconocerse, en 1946 fue el chocolate point y en 1955, se aceptó el lila point conocido también como frost point.

Posteriormente otros criadores introdujeron a la raza los colores rojo points, carey points y tabby points, siendo aceptados por algunas asociaciones felinas mientras que otras las consideraron como una raza aparte.

Actualmente se conocen dos variedades de gatos siamés, de acuerdo a su morforlogía. El siamés tradicional o Thai, es el equivalente al siamés antiguo que dio origen al siamés moderno, se diferencia de este por sus formas redondeadas, cuerpo compacto y redondo, cabeza redondeada y ojos alargados no oblicuos celestes o azules. Por su parte, el siamés moderno es un gato más estilizado, de rostro más fino, ojos más alargados y oblicuos y orejas de gran tamaño. Desde 1950 este último siamés moderno se gano el protagonismo entre los criadores y las exposiciones felinas.

En el presente, algunas organizaciones felinas internacionales como The International Cat Association (TICA) y la World Cat Federation (WCF) separan al siamés tradicional convirtiéndolo en nueva raza denominada Thai.

🐾 Características Principales

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Los gatos siameses son apreciados por su atractivo, su personalidad y encanto particular, además de su natural distinción, son características que hacen que sus exhibiciones sean todo un espectáculo. Por su origen ligado a la realeza, los siameses son gatos de características nobles y señoriales.

El gato siamés pertenece al grupo IV de la clasificación de felinos de la FIFe. Con respecto a sus rasgos, es un felino de tamaño mediano, el gato siamés macho puede pesar entre 4 y 5 Kg y la hembra entre 2 y 3 Kg, y en general se puede decir que su cuerpo es esbelto de talla mediana, unos 30 cm aproximadamente. Los hombros son tan anchos como los flancos y las extremidades posteriores son un poco más largas que las anteriores. Esta es una característica que le brinda elegancia al gato siamés por sus llamativas formas y movimientos refinados. Sus patas largas y esbeltas terminan en unos pies ovalados, delicados y pequeños.

La cabeza del gato siamés es de tamaño medio y está bien equilibrada, es ancha entre las orejas y se va haciendo aguda hacia la nariz recta y perfilada, no presenta desnivel en los bigotes, con un hocico fino y cuneiforme. A su vez la cabeza aloja unas orejas muy curiosas, de forma triangular y en punta, más anchas en la base y con unos ojos que recuerdan por su forma a un par de almendras, son de tamaño medio, bastante separados, por lo general de color azul, o en colores oscuros e intensos. Los gatos siamés solían padecer estrabismo, aunque dicha característica se ha ido eliminando con la cría selectiva de esta raza.

En cuanto a la cola es larga, estrecha y puntiaguda, puede presentar a veces una curvatura o nudo al final, lo cual en la actualidad se considera un defecto genético, que a pesar de que no afecta en absoluto al gato siamés, le impide participar en las exposiciones felinas.

Su pelaje es muy corto, fibroso, suave y muy brillante, cuyos tonos son variados. El gato siamés es fácil de reconocer por su apariencia física, su coloración distintiva los delata. El pelaje tiende a ser más oscuro en los extremos de las patas, en el hocico, en las orejas, en la cola, y en ocasiones en el rostro. Estas zonas del cuerpo que son oscuras, tienen menor temperatura que las zonas claras; es una condición que se debe a un gen térmico que hace que los pigmentos se fijen en las zonas más frías de la anatomía del gato siamés, esto también explica por qué cuando nacen, los gatos siamés son totalmente blancos, debido a que han estado alojados en el interior del cuerpo de la madre, calientitos.

Hoy en día se presentan dos variantes de esta raza. El ejemplar del siamés moderno o siamés estilizado es un gato de cuerpo elegante, esbelto, estilizado, flexible, musculoso, con un patrón de colores llamado pointed ó colourpoint. Esta variedad presenta algunas distinciones, como su cabeza de forma triangular, con un hocico fino, los ojos son almendrados y más oblicuos, las orejas son más grandes, con un cuello delgado y largo, al igual que el cuerpo y la cola. Su color típico está representado por una coloración más oscura en los puntos de menor temperatura corporal como son las extremidades, la cola, la cara y las orejas, y que contrasta con el tono claro del resto del cuerpo.

La segunda es la variedad del siamés tradicional, o Thai, es el antecesor del siamés moderno. Este tiene la cabeza menos alargada, más parecida a la de un gato europeo, redondeada, con un cuerpo más robusto y menos esbelto.

En relación a los colores del pelaje, el gato siamés puede presentar diversos tonos, desde el blanco crema hasta el gris oscuro. Actualmente se reconocen diferentes combinaciones de tonos, entre ellas tenemos los siameses de colores:

Lilac point: de un tono gris claro.
Cream point: con un pelaje color crema o anaranjado suave.
Chocolate point: de color marrón claro.
Seal point: con un color marrón oscuro.
Blue point: es el gato siamés de pelaje gris oscuro.
Red point: es de un tono naranja oscuro.
Tabby point: estos gatos siameses pueden presentar cualquiera de los colores anteriores pero con un aspecto atigrado.
Tortie point o “escama de tortuga”: presentan manchas rojizas.

🐾 Carácter y personalidad del Gato Siamés

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El gato siamés tiene un carácter muy particular. Como otros gatos su actitud es independiente, además, los gatos siameses se caracterizan por ser muy curiosos e hiperactivos, aunque con una buena educación estos felinos domésticos llegarán a ser obedientes y sumisos ante su dueño. El siamés demuestra en repetidas ocasiones el cariño que siente hacia su familia y suele ser sociable con las demás personas.

También, los gatos de esta raza tienen una agilidad extraordinaria y su energía es desbordante, capaz de contagiársela a todos los que estén a su alrededor. Sin embargo, el siamés es un gato con una personalidad celosa y posesiva, que no tolera la ausencia de sus cuidadores, y demanda recibir mucha atención, siendo entonces un gran vocalizador, emitiendo sonidos fuertes y maullidos graves, especialmente en los períodos de celo.

Por su carácter independiente y sus instintos curiosos, los gatos siamés a pesar de ser fieles a sus cuidadores, nunca estarán sometidos a los muros de la casa, suelen ser expresivos y muestran su descontento ante situaciones que no son de su agrado con maullidos y sonido que pueden llegar al escándalo. Su comportamiento está muy ligado a las personas, debido a que es un gato muy afectuoso.

Algunos siameses son muy sociables y se mostrarán curiosos ante la llegada de nuevas personas a la casa, por el contrario, hay otros gatos siamés que correrán a esconderse con solo escuchar el llamado de la puerta, también curiosean pero desde lejos a los nuevos visitantes, manteniendo su distancia; de cualquier manera, ser curiosos y mantenerse atentos a los cambios en su alrededor es la regla de esta raza, el gato siamés investigará todos lo que ocurre a en su entorno.

Hablando de actividad y recreación, el gato siamés posee una agilidad extraordinaria, gracias a su buen desarrollo muscular, más firme y robusto que en el caso de otras razas. Los siameses resaltan por su hiperactividad, característica de las razas de gatos asiáticos, y también por la gran energía que siempre exhiben corriendo y saltando de un lado a otro alrededor de toda la casa. Éste gato será un compañero alegre, curioso  y cariñoso, una mascota que demanda atención y siempre quiere jugar; si se queda solo en casa, es probable que al regresar sus dueños encuentren algunas de sus travesuras.

Así mismo, el gato siamés se describe como un gato muy hablador y comunicativo, es capaz de emitir una gran variedad de maullidos y sonidos para comunicarse con nosotros, todo para conseguir la atención de sus humanos, pues le desagrada sentirse solo y descuidado. A veces este gato puede ser también un tanto nervioso e impaciente por lo que el cuidar a un gato siamés requiere paciencia y respeto por parte de sus cuidadores.

 El gato siamés del mismo modo puede ser muy inteligente  e inclusive adorable, buscará divertir a sus dueños sin parar con sus gracias, se les hace tarea sencilla abrir las puertas de la casa, habilidad que emplea para llamar la atención de sus cuidadores así como para explorar todos los rincones del hogar.

En tiempo de celo, salen a relucir todos estos aspectos llamativos de su personalidad, en especial la manera de comunicarse. Se dice que el maullido del gato siamés es legendario ya que una hembra en celo puede chillar como un bebé y es capaz de ser oída a más de una manzana de distancia. Los gatos siameses son sexualmente muy activos, su madurez sexual llega pronto en su desarrollo y sus camadas suelen ser numerosas; el período de celo de este felino es muy intenso y va a estar representando por estos maullidos escandalosos que pueden ser hasta irritantes y molestos.

El gato siamés pertenece a una de las razas más nerviosas, ágiles, activas e inquietas, por lo que no es un gato para ser mascota de todo el mundo. Sin embargo, los que lo tienen de compañero saben que la recompensa es el gran cariño que demuestran estos felinos, y las múltiples horas de entretenimiento que ofrecen.

🐾 Dieta y alimentación del Gato Siamés

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Con respecto a lo que come el gato siamés, como la mayoría de las razas de felinos, éste no tiene demasiadas exigencias en cuanto a su alimentación. Se recomienda que su dieta sea lo más variada posible, balanceada y equilibrada.

La ingesta de alimentos debe ser acorde y según la vitalidad, la edad, el tamaño y las características físicas del gato siamés. El pienso así como las croquetas, de buena calidad, aportan una importante cantidad de nutrientes como proteínas, grasas saludables poliinsaturadas como el omega 3 y 6, las cuales benefician la vitalidad y la apariencia del pelaje del gato siamés.

El peso de esta raza debe mantenerse alrededor de los 4 a 5 Kg para ambas variedades, moderna y Thai. Así mismo, para mantener al gato siamés en condiciones óptimas de salud se deben considerar los tres tipos de alimentos adecuados para gatos siameses, como son el pienso seco, el pienso húmedo y el alimento fresco. Del equilibrio entre estas tres clases de alimentos, surge la fórmula adecuada para que el gato siamés de mascota conserve la vitalidad y la salud.

El pienso seco para los gatos siameses se selecciona en función de la edad. Cuando son cachorros, estos gatitos necesitan pienso rico en proteínas y grasas para que así se favorezca su crecimiento. Consultar con el veterinario la marca más apropiada para el siamés cachorro es una gran opción. Este pienso además debe ser rico en vitaminas y calcio.

En la etapa de la adultez, los gatos siameses se alimentan con pienso balanceado, que tenga alrededor de 26% de proteínas, un 40% de materia grasa, más diversos porcentajes de fibra, vitaminas, y de ácidos grasos poliinsalurados, entre ellos el mega 3 y el mega 6.

Castrar a los gatos es una práctica habitual, sobretodo en esta raza, para controlar un poco su comportamiento sexual tan activo, sin embargo, los gatos siameses castrados podrían presentar problemas como obesidad. En estos casos, existen en el mercado diversos piensos para gatos castrados, con la combinación de nutrientes necesaria para prevenir la obesidad.

Para los siameses ancianos también se ofrecen piensos con los porcentajes ideales de proteínas y grasa, debido que al realizar menos actividad física, las cantidades de estos alimentos que precisan son menores.

Por su parte, el pienso húmedo es otro alimento que puede formar parte del menú de los gatos siameses. Habitualmente el pienso húmedo viene en latas u otros recipientes herméticos, que una vez abiertos, el resto sobrante debe guardarse en el refrigerador. El pienso húmedo debe contener un 35% de proteínas, grasas entre un 15 y un 25%, y carbohidratos no más del 5%, igualmente debe contener nutrientes como los ácidos omega 3 y 6, y un pequeño porcentaje de taurina. Otros oligoelementos como fósforo, calcio, magnesio, hierro y potasio, son fundamentales para la buena nutrición del gato siamés y también deben estar presentes en la formulación del pienso húmedo. Sin embargo, no se debe abusar con la ingesta de este tipo de alimento debido a que puede provocar sarro, mal aliento, heces blandas y malolientes.

Por otro lado, si se va a incorporar al gato siamés a la dieta de la casa se debe complementar su alimentación con el pienso seco, el húmedo. Los alimentos frescos más saludables para el gato siamés son las lonchas de jamón de puerco y de pavo. Otros alimentos buenos para su consumo son el pollo, el pavo, el salmón, el bacalao y la merluza. Los alimentos siempre deben ser hervidos o cocinados a la plancha, nunca crudos.

Como un complemento a la alimentación del gato siamés, se presenta la malta para gatos, una sustancia que ayuda a eliminar los pelos ingeridos. Los siameses se acicalan mucho ya que son extremadamente limpios, con esta sustancia se pueden evitar las bolas de pelo en el intestino.

Por último pero tan importante como lo anterior, se debe recordar mantener bien hidratado al gato siamés con agua limpia y renovarla constantemente.

🐾 Salud del Gato Siamés

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Con una buena alimentación y los cuidados necesarios el gato siamés puede alcanzar una vida de alrededor de los 18 años, incluso hasta más. En general son longevos y gozan de buena salud.

En el presente, los criadores de gatos siamés han cuidado cautelosamente los cruces de manera de eliminar los defectos genéticos que presentaban los siameses ancestrales comúnmente, como la cola doblada en gancho y el estrabismo.

Esta raza de gato se ha convertido en una muy sana, siempre que sus criadores sean personas responsables y éticas, y siempre que se evite la consanguinidad en los cruces. Con el pasar de los años el siamés se ve afectado por las dolencias propias de la vejez, pasa a ser un “gato abuelo”, aunque es cierto que existen algunas enfermedades y alteraciones genéticas que afectan a esta raza desde que son jóvenes.

Los gatos siameses son más vulnerables a sufrir enfermedades como el estrabismo, alteración de los cartílagos que produce nudos en la cola, el carcinoma mamario y la hidrocefalia, siendo estas dos últimas patologías muy poco frecuentes.

La personalidad de los gatos siamés es gregaria e inteligente y muy juguetona, aunque también puede ser propenso a desarrollar una especie de trasformo obsesivo compulsivo, debido a su necesidad de afecto y atención y a causa de su nerviosismo e impaciencia. Se caracteriza por la presencia de algún estímulo relacionado con algo específico, por ejemplo, un sonido, un juego, etc., que desencadena en el gato una conducta repetitiva exagerada. Estos trastornos de la psique son difíciles de identificar y más aun de tratas, la mayor parte del tiempo son presunciones diagnósticas.

Otra patología que puede afectar al gato siamés es la enfermedad vestibular, el cual es un problema genético de esta raza que afecta al oído interno, particularmente a los nervios vestibulococleares. Los gatos siameses que padecen esta enfermedad presentan síntomas como pérdida del equilibrio, inclinación de la cabeza, el gato parecerá desorientado, mareado, con tendencia a la caída y marcha lateralizada. La enfermedad vestibular es una patología relativamente menor, el problema usualmente se resuelve espontáneamente en cuestión de unas cuantas semanas. Sin embargo, si los síntomas son intensos o persisten, lo mejor es consultar al veterinario quien puede prescribirle algunos medicamentos.

La visita regular al médico veterinario es muy importante para los gatos siamés. Solo el veterinario puede diagnosticar y verificar el estado de salud de tu mascota, durante estas visitas se debe preguntar también por las vacunas pertinentes para siempre estar al día. Acudir al veterinario al menos dos veces durante el año es lo más recomendado, e inmediatamente siempre que se sospeche enfermedad.

Para el caso de la castración del gato siamés igualmente se debe consultar al veterinario para identificar la edad oportuna para tal procedimiento.

🐾 Cuidados generales

Con la raza de gato siamés se deben tener los cuidados básicos para que el felino se encuentre cómodo, feliz y crezca sano en su papel de mascota.

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Los siameses son gatos muy activos y les gusta curiosear y explorar, son independientes y traviesos. Lo recomendado es que el gato tenga unas 13 semanas de vida o más al momento de su adopción, puesto que los siameses que se destetan muy rápido crecen débiles y con presentan mayores riesgos de enfermarse. Para su alimentación cuando son cachorros no se recomienda la leche de vaca ya que no es adecuada para ellos; en tiendas de mascotas se puede conseguir leche maternizada para gatos. En esta edad el gatito siamés se debe llevar con regularidad al veterinario.

Por otro lado, adoptar al gato siamés a los tres meses de edad, permite que haya desarrollado la socialización por medio de la interacción con su madre y con sus hermanos, aunque tampoco es recomendable adoptarlo tardíamente puesto que podría nunca adaptarse a nosotros. Con un gato siamés adoptado entre tres y cinco meses, dedicándole el tiempo necesario, probablemente tendremos un gato adulto sano y totalmente equilibrado mentalmente.

Al momento de elegir entre macho y hembra, cabe destacar algunas consideraciones. Al igual que en otras especies de animales, los machos son más grandes y mucho más impetuosos, tienden a ser más independientes, mientras las hembras son más dóciles y silenciosas.

A medida que va creciendo, se incorpora a su alimentación el pienso húmedo, rico en proteínas y grasas para que el gato siamés crezca sano. Visitar al veterinario regularmente permite chequear el estado general del animal, así como mantener al día sus vacunas y desparasitarlo. Hay ciertas razas felinas que pueden tener mayor predisposición genética a algunas enfermedades, en el caso de los siameses los defectos congénitos pueden ser, además de los ya mencionados (estabismo, cola en punta doblada), estenosis aórtica, asma, amiloidosis, entre otros. Por tal motivo, la revisión periódica por el veterinario permite identificar tempranamente cualquier problema de salud.

En relación a su alimentación, lo ideal es proporcionarle alimento en tres o cuatro comidas al día, en las que una o dos sean las principales. Las opciones de alimentos son el pienso seco o húmedo, la comida fresca de la dieta familiar, y por supuesto siempre deben tener agua limpia en un recipiente para beber.

El gato siamés también necesitará de un lugar para su aseo. La bandeja de arena es indispensable para que el gato haga sus necesidades. Así mismo, la mascota también necesita una cama para descansar con comodidad, una alternativa es una caja de cartón forrada con tela y con un cojín que ya no se use. Esta cama se debe lavar periódicamente.
Los siameses son gatos traviesos, necesitan rascar para afilar sus uñas, para evitar aruños por todos los muebles de la casa se les puede proporcionar un trozo de madera blanca como el corcho, ó comprar algún rascador en las tiendas de mascotas.

Otro punto a considerar es que los gatos siameses son animales muy activos y con mucha vitalidad que necesitarán moverse mucho, por su personalidad inquieta, si no se les atiende como es debido pueden llegar a causar problemas en casa. Se puede instalar un gimnasio para gatos, y dejarlo salir a jugar en espacios abiertos como una terraza o jardín, ya que necesitan realizar mucho ejercicio físico, y de esta manera también se conservan delgados.
Para el aseo del gato siamés, se les debe acostumbrar desde pequeños a recibir baños. Alrededor de los tres meses ya pueden comenzar a bañarse utilizando agua tibia y champú para animales. Antes, cuando el gato se encuentra junto a su madre y crías, dejaremos que sea la propia madre la que limpie al pequeño gatito, tocándolo lo menos posible puesto que la madre identifica a sus crías con el olor.

Posterior al baño y regularmente se debe cepillar el pelo del siamés. Como tienen el pelo corto no hace falta hacerlo todos los días, pero sí al menos una vez a la semana para que no se creen bolas de pelo ni otros problemas que pueden obstruir su tránsito intestinal.

En relación a las uñas no deben tocarse a no ser que lo recomiende un veterinario ya que si se cortan las uñas del gato sin saber cómo hacerlo se le puede hacer un verdadero daño. El gato siamés limará sus uñas él mismo en un poste para rascar que se le prepare o en los muebles.

Con paciencia y estos cuidados básicos, el gato siamés puede ser una mascota divertida para cualquier hogar.