La infección urinaria es una enfermedad que indica la presencia de microorganismos patógenos o causantes de enfermedad en las vías urinarias y los riñones del perro. Los canes pueden verse afectados por estas enfermedades con cierta frecuencia, por lo que es importante reconocerlas y saber cuándo buscar asistencia y cómo tratarlas.
La patogenia por la cual se producen estas infecciones es por la vía de colonización ascendente, lo que quiere decir que las bacterias alcanzan las vías urinarias desde el exterior del organismo ascendiendo a través de la uretra hacia la vejiga urinaria e inclusive hasta los riñones. Son factores de riesgo o predisponentes para infecciones urinarias los tumores, las malformaciones de la vía urinaria, los cálculos, la higiene deficiente y la alimentación inadecuada.
Generalmente, la causa es un agente bacteriano, entre estas la más común es Echerichia coli. Estas bacterias por lo general están presentes en la región perigenital del perro desde donde pueden pasar a la uretra. Todas las veces que el perro orina, dichas bacterias que han logrado alcanzar la uretra son expulsadas hacia el exterior con el chorro miccional, por lo que si tu perro no orina con frecuencia es más fácil que las bacterias colonicen la vejiga y provoquen infección.
Son las hembras las más afectadas, puesto que su uretra es más corta. Los machos tienen una uretra más larga y también orinan con mayor frecuencia, lo que actúa como factor protector. Otras formas de patogenia de las infecciones urinarias son la vía hematógena, es decir, cuando las bacterias alcanzan el aparato urinario a través del torrente sanguíneo, generalmente en infecciones sistémicas muy graves, y por contigüidad cuando es el resultado de la contaminación de las vías urinarias por vecindad de otro proceso infeccioso dentro de la cavidad abdominal.
Las infecciones urinarias se van a denominar de acuerdo al sitio que afecten, pudiendo encontrarse pielonefritis, cuando afectan el riñón, ureteritis, cuando afectan los uréteres; cistitis, cuando la infección está en la vejiga, y en el macho puede haber una prostatitis o infección de la próstata.
Los signos que pueden indicarte que tu perro presenta una infección urinaria son: micciones frecuentes y seguidas; molestias al orinar, como por ejemplo, ver a los machos agacharse en el suelo para orinar y no levantar la pata; orina turbia y fétida, sed frecuente, arqueo de la espalda cuando tiene dolor en caso de que sea una pielonefritis, y fiebre. El diagnóstico se realiza a través de la evaluación de los síntomas y de un examen de orina, que identifica las características patológicas que causa la infección en la orina.
El tratamiento está dirigido a eliminar las bacterias de las vías urinarias, restablecer el pH adecuado de la orina mediante la dieta correcta, favorecer que en la rutina del perro disponga de suficientes momentos para ir a orinar.
El veterinario prescribirá antibióticos a cumplir por un período de 5 a 10 días dependiendo del tipo de infección, además puede modificar la dieta para evitar alimentos que predispongan a la formación de cálculos en la orina, y para promover el consumo de alimentos que hagan más ácida la orina para eliminar las bacterias.
Así mismo, debes asegurarte de pasear a tu perro con regularidad y varias veces al día para que pueda orinar ya que el retener la orina favorece infecciones. Igualmente, ofrécele agua en abundante cantidad, y vitaminas como las derivadas del jugo de naranja que hacen más ácida la orina. También, es recomendable investigar la causa o factor desencadenante de la infección en la orina, puede ser alguna infección reciente en la piel u otro órdago, litiasis renal, tumores o neoplasias.