El perro cobrador ruso o retriever ruso como se le conocía popularmente a nivel mundial, es un perro ya extinto que contaba como principales características el ser un amigable perro mascota, pastor y de vigilancia.
Solo se sabe que su extinción fue a finales del siglo XIX. Fue usado principalmente como perro pastor por los indios de las regiones del Cáucaso, en donde los rebaños podían ser atacados por fieras salvajes. Estas regiones eran especialmente nevadas y gélidas, por lo que el cobrador ruso desarrollo una buena protección contra el frio.
Era un perro de tamaño grande, podía medir hasta 75 cm de altura y 45 kg de peso. Sorprendentemente se trataba de una raza que a pesar de este tamaño resultaba bastante veloz, pudiendo alcanzar altas velocidades en cuestión de segundos. Este perro resultaba tan imponente y valiente que podía hacerle frente con facilidad a lobos solitarios y otros depredadores que amenazaban los rebaños.
El pelaje siempre se mostraba en color marrón caramelo y era bastante lanudo y grueso, perfecto para soportar temperaturas bajas y gélidas, típicas de estas zonas montañosas. Además de ser imponente en su cuerpo también se trataba de un perro bastante inteligente. Se rumoreaba entre los pastores que dos perros de esta raza eran capaces de mantener a un rebaño seguro durante semanas sin interacción humana si se les dejaba alimento y agua disponibles, ya que además eran capaces de dirigir a los mismos por si solos.
A pesar de que era confundido constantemente con el retriever ruso amarillo, el cual tenía unas proporciones corporales parecidas al cobrador ruso, se trata de una raza diferente.
Tanto el retriever ruso amarillo como el cobrador ruso eran capaces de sostener con su boca a un ciervo, lo cual confundía más a los pastores de aquel entonces. Actualmente la raza no extinta que más se parece al cobrador ruso es el Golden retriever, aunque se cree que varios tipos de setter inglés cuentan con la antigua sangre del cobrador ruso, por lo que serían más cercanos a este al ser descendientes indirectos.
A pesar de que no se conoce la fecha exacta de su extinción lo que sí se sabe es que a finales de los 1800 todavía podían verse algunos ejemplares, por lo que no se trata de una raza demasiado antigua. Para moldear el carácter de este perro como para que fuese capaz de controlar a un rebaño por si solo tuvieron que pasar cientos de años, durante los cuales los habitantes de las regiones montañosas del Cáucaso contaban con la protección del cobrador ruso para sus rebaños, haciendo que ninguna oveja estuviese en peligro.
Naturalmente también fue usado en trabajos de caza, por los cuales se ganó su apodo de “cobrador”, ya que la tasa de éxito de sus cobros era bastante alta, siendo incluso capaz de sostener el cuerpo de animales de gran tamaño con du boca. Entre la destreza física, imponencia e independencia de esta raza también sorprende su inteligencia, ya que era capaz de descubrir escondites de presas y también rodearla por caminos más rápidos que el que había tomado la presa y así abalanzarse sobre ella para cobrarla.
Eran usados más que todo para seguir a ciervos heridos por el cazador, los cuales ya estaban condenados puesto que el cobrador ruso nunca fallaba al seguir el paso de un ciervo herido, en parte gracias a su gran inteligencia, pero también gracias a su excelente sentido del olfato.
Lamentablemente para los amantes de la caza esta raza se encuentra extinta, pero si quieres a un perro de características parecidas puedes adoptar a un Golden retriever sin hogar, un perro de gran tamaño, capacidad de vigilancia nata y una personalidad que te enamorará enseguida, ya que es capaz de ser leal, obediente y cariñoso. Se cree también que algunas razas llevan la sangre del cobrador ruso, tales como el flat-coated retriever, los setter y algunos Golden retriever de origen ruso y asiático.